Las tragedias de Colombia es ignorada por los medios

(PL).- Si no sales en los medios no existes. Igual que los muertos. Hambrunas, catástrofes o conflictos armados sólo ocupan las páginas de los periódicos durante días, quizá semanas, a veces años, pero después pasan al olvido.

La muerte se convierte en algo cotidiano y deja de ser noticiable. Es el caso de países como Somalia, Chechenia o Colombia, que encabezan la lista de las diez crisis olvidadas del último año publicada por Médicos Sin Fronteras (MSF).

El informe de la organización médico-humanitaria correspondiente a 2007 refleja los devastadores efectos de los conflictos sufridos en República Centroafricana, Colombia, Myanmar (antigua Birmania) y Zimbabue, entre otros.

Países que apenas tuvieron cobertura mediática el pasado año. Paula Farias, presidenta de MSF España, denuncia la poca atención que reciben los millones de desplazados, refugiados y personas privadas de atención médica, esos de los que nadie se acuerda.

Aunque reconoce que muchos profesionales del periodismo hacen todo lo que está en su mano para informar de los conflictos que se producen en todo el mundo, no es suficiente. “Millones de personas atrapadas en la guerra no tienen una consideración en los medios proporcional a su sufrimiento”, afirma Farias.

Especialmente preocupante es el hecho de que algunos de los países citados son reincidentes en el informe anual de MSF desde que se empezara a publicar en el año 1998, llegando a aparecer algunos hasta siete (Somalia), ocho (Chechenia), o incluso nueve veces (Colombia y RDC).

Una iniciativa que persigue concienciar a la opinión pública sobre la gravedad y las dimensiones de las crisis que tienen muy poca o ninguna trascendencia, entre otras cosas, por su escaso reflejo mediático. Y es que, según Farias, los medios occidentales ofrecen un «tratamiento superficial de las cosas».

El nombre de Somalia volvió a sonar en los medios el pasado mes de diciembre a raíz del secuestro de dos trabajadoras de MSF, pero, según denuncia la organización, la última ola de violencia vivida en la capital, Mogadiscio (en 2007 se alcanzaron los peores niveles en 15 años), y los 600.000 nuevos desplazados pasaron desapercibidos en la prensa.

El hecho de que los medios rescaten del ‘pozo del olvido’ las crisis olvidadas no garantiza la total resolución de sus problemas, pero sí puede contribuir a generar respuestas a nivel internacional que mejoren la comprometida situación que vive sobre todo la población civil.

Sobrevivir en una ciudad “terrible”

Chechenia es un claro ejemplo de los conflictos atenuados que, sin embargo, aún precisan ayuda humanitaria. Grozny, la capital chechena, significa en ruso “terrible”, como terrible es el drama del conflicto entre el Gobierno ruso y la guerrilla chechena iniciado hace ya dos siglos, el cual se ha cobrado la vida de más de 100.000 personas.

Los bombardeos indiscriminados sufridos durante las dos guerras que Chechenia libró por su fallida independencia provocaron el éxodo de decenas de miles de desplazados hacia las repúblicas vecinas. Y aunque el país trata de resurgir de sus cenizas, todavía existe un clima de inseguridad que impide liberarse de las cadenas de la pobreza a una población aquejada de graves problemas psicológicos.

Podríamos seguir analizando cada uno de los conflictos que amenazan millones de vidas a diario, pero la lista es interminable. Sabemos que en África pasan hambre y tienen sida, pero la realidad es aún más cruel. Casi dos millones de personas están infectadas con el VIH en Zimbabue, donde se producen 3.000 muertes a la semana.

En Sri Lanka hay enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y los Tigres de Liberación de la Tierra Tamil, que dura casi 25 años, donde cientos de miles de civiles sufren bombardeos selectivos, extorsiones, matanzas y secuestros.

Los 150.000 desplazados internos de República Democrática del Congo son especialmente vulnerables a las agresiones sexuales y la explotación en un marco de absoluta pobreza. Son las cifras mareantes de una espiral sin fin de violencia, pobreza y sobre todo víctimas.

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