(PL).- «Esto es una cosa maravillosa, emocionante, inimaginable.» Así de emocionado se mostró el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, al visitar la base de su país en la Antártida, un lugar que ha querido conocer desde pequeño, según confesó, y para el que ha prometido más dinero con miras a la investigación.
El mandatario, que estuvo ayer la Estación Antártica Comandante Ferraz, plataforma científica de Brasil situada en la isla Rey Jorge, viajó a la zona junto a su esposa, Marisa Leticia, su hijo mayor y tres de sus ministros para celebrar el 25 aniversario de la presencia de Brasil en el continente helado.