(EFE).- El gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue evaluado positivamente en febrero por el 52,7 por ciento de los brasileños, el mejor índice en cinco años, según una encuesta divulgada ayer por el Instituto Sensus.
Según el sondeo, la aprobación del Gobierno no era tan elevada desde el 56,6 por ciento medida en enero de 2003, cuando Lula asumió su primer mandato de cuatro años en medio de una gran fiesta popular y de una gran expectativa de los brasileños.
El índice de aprobación del Gobierno registró un significativo salto en febrero de este año frente al 46,5 por ciento que obtuvo en la encuesta similar realizada por el Instituto Sensus en octubre del año pasado.
La evaluación regular del Gobierno cayó desde el 35,9 por ciento en octubre pasado hasta el 32,5 por ciento este mes y la negativa bajó del 16,5 al 13,7 por ciento en el mismo período.
La encuesta del Instituto Sensus, encomendada por la Confederación Nacional de los Transportadores (CNT), escuchó la opinión de 2.000 personas en 136 municipios entre el 11 y el 16 de febrero.
Junto con la evaluación positiva del Gobierno también subió la aprobación personal de Lula, desde un 61,2 por ciento en octubre pasado hasta un 66,8 por ciento este mes.
Se trata del mejor nivel de la aprobación del presidente desde diciembre de 2003, cuando ese índice fue del 69,9 por ciento.
La desaprobación personal del jefe de Estado se redujo del 32,5 en octubre pasado al 28,6 por ciento en febrero de este año.
La popularidad tanto del Gobierno como del gobernante crecieron pese a que en las últimas semanas el Ejecutivo se convirtió en blanco de nuevas denuncias de corrupción por el supuesto uso irregular de las tarjetas de crédito oficiales en manos de altos funcionarios, entre ellos varios vinculados a la Presidencia.
El 74,9 por ciento de los encuestados que dijo tener conocimiento de dichas denuncias aseguró que un posible escándalo puede perjudicar la imagen del presidente.
«Las denuncias afectan, pero no son determinantes para modificar la evaluación positiva del presidente gracias al desempeño de la economía y a los programas sociales del Gobierno», según Ricardo Guedes, director del Instituto Sensus.
El crecimiento de la economía brasileña en 2007 puede acercarse al 5 por ciento estimulado por el aumento del consumo interno, la mejoría de la renta y del empleo y la expansión del crédito, según las previsiones del Gobierno.
Además de ese crecimiento económico con inflación bajo control y reducción del desempleo, en la buena imagen del Gobierno también contribuyó el programa oficial de lucha contra el hambre que distribuyó el año pasado subsidios a unas 11 millones de familias.
La popularidad de Lula es tan elevada que el 36,8 por ciento de los encuestados dijo que pretenden votar en las elecciones municipales de octubre próximo en los candidatos que sean indicados por el gobernante.
De la misma forma, el jefe de Estado, con un 16,6 por ciento, encabezó la encuesta sobre intención de voto para las elecciones presidenciales de 2010 pese a que, tras haberse elegido una vez, Lula ya no puede disputar un tercer mandato.
