El príncipe Harry combate en Afganistán

Ha cumplido su palabra. Dijo que iría a la guerra y ha ido, fiel a su promesa de asumir los riesgos que corren sus compañeros de Academia Militar. El principe Enrique, tercero en la línea sucesoria al trono, de 23 años, forma parte desde diciembre del destacamento británico que lucha contra los talibanes afganos.

Enrique ha formado parte del destacamento del ejército británico que combate encarnizadamente a los fanáticos en Afganistán, en la peligrosa provincia de Helmand, desde hace ya diez semanas, según ha confirmado el ministro de Defensa de Reino Unido.

El tercero en la línea sucesoria al trono británico ha sido responsable de la comunicación en los combates aéreos contra posiciones talibanes en la provincia de Helmand (sur), ha dirigido patrullas a pie en aldeas y ha participado en acciones armadas, según algunas imágenes difundidas.

El joven de 23 años estuvo a punto de ser enviado a Irak en 2007. Sin embargo, se decidió que era demasiado peligroso ya que algunos grupos de terroristas islámicos amenazaron con secuestrarlo cuando se difundió la noticia.

El Ministerio de Defensa británico determinó que el príncipe Enrique podría ser enviado a Afganistán si los medios de comunicación no se hacían eco de esta información.

El silencio ha durado 10 semanas, silencio roto, según el jefe del ejército británico, el general Richard Dannatt, «por medios extranjeros».

Todos los medios de comunicación británicos se habían conjurado para guardar silencio y lo han hecho hasta que la web Drudge Report, que filtró en su día el affaire entre Mónica Lewinsky y el presidente Clinton, levantó la liebre.

«Ahora que la historia es de dominio público, pediré consejo a los comandantes sobre si debe o no continuar en el país», ha lamentado el general.

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