(PL).- La llamada telefónica a Raúl Reyes de un eufórico Hugo Chávez tras la liberación de los cuatro ex parlamentarios colombianos, el pasado 27 de febrero, pudo permitir la localización del «número dos» de las FARC, muerto el sábado durante una operación militar de Colombia en territorio ecuatoriano.
La Inteligencia colombiana detectó que Reyes se hallaba cerca de la frontera con Ecuador, la cruzó «y luego vino el bombardeo», según sus informaciones divulgadas ayer por Radio Cadena Nacional (RCN).
Mientras los editoriales le aconsejaban al presidente colombiano, Álvaro Uribe Vélez, bajar el tono acusatorio con Ecuador y Venezuela, y no divulgar más el contenido del ordenador del llamado «canciller» de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la Policía entregó trece documentos a los medios de comunicación.
Las revelaciones son igual de explosivas que lo publicado en días anteriores, en los que quedó claro cómo los dos países fronterizos con Colombia protegían a las FARC, la primera guerrilla del país que tiene en sus manos a los llamados 40 «canjeables», como se conoce el grupo de personalidades -entre ellas la ex candidata Ingrid Betancourt- que buscan intercambiar por centenares de rebeldes presos.
En un total de 36 páginas de correos electrónicos recibidos por Reyes hay de todo un poco: reuniones clandestinas, compra de misiles a Libia, la estrategia para desprestigiar al Gobierno de Uribe y el pago en petróleo y dólares por la liberación de los secuestrados.
Aunque el general Óscar Naranjo, director de la Policía, ha dicho que buscan la ayuda de las autoridades estadounidenses y de la Organización de los Estados Americanos (OEA) no sólo para extraer todo el material de los cuatro ordenadores hallados en el campamento de Reyes, sino también para certificar su autenticidad, para las autoridades colombianas los documentos son verdaderos.
La información es múltiple. No sólo se tiene acceso al lenguaje usado por las FARC, a sus contactos, a sus cuentas y a sus problemas, sino que también se desmienten rumores como que el máximo líder de esta guerrilla, Manuel Marulanda, estaría muerto.
En cartas fechadas en enero y septiembre de 2007, Marulanda, alias «Tirofijo», escribe a los otros jefes para consultarles sobre «una entrevista clandestina con el presidente (Hugo) Chávez» en territorio venezolano.
«Las FARC deben abstenerse de recibir o de entrevistarse con funcionarios del Gobierno y mantener la bandera en alto del intercambio para armarle problema interno y externo a Uribe», asegura.
Al final de la carta de tres páginas, el jefe guerrillero advierte que «voy a utilizar la radio sólo para recibir y transmitir mensajes muy cortos de ahora en adelante, para evitar una matada (sic)».
Otro de los documentos es un mensaje a sus colegas del también miembro de la directiva de las FARC Luciano Marín, alias «Iván Márquez», el pasado 23 de diciembre, según el cual el presidente de Francia Nicolás «Sarkozy le pidió a Chávez que le transmitiera al camarada Manuel (Marulanda) si podía recibir a su delegado Noé (al parecer de la Inteligencia francesa)».
