El ministro de Relaciones Exteriores de Colombia, Fernando Araújo, dijo ayer que su país denunciará ante la OEA un ataque perpetrado desde territorio ecuatoriano por presuntos guerrilleros de las FARC en contra de personas que erradican cultivos de hoja de coca en la frontera.
Araújo señaló que el hecho se presentó la semana pasada, cuando dos cilindros de gas acondicionados como bombas fueron arrojados desde el lado ecuatoriano de la frontera contra campesinos contratados por el gobierno de Bogotá para la erradicación manual de cultivos ilegales, lo que no produjo víctimas.
«Esta semana que pasó nos siguieron disparando en contra de los erradicadores de droga en la frontera con Ecuador y eso, por supuesto, no podemos aceptarlo», dijo el canciller al participar en un foro universitario.
«Ningún gobierno se va a quedar con los brazos cruzados siendo testigo de cómo sus nacionales son asesinados desde el otro lado de la frontera», añadió el ministro.
Araújo señaló que el comandante del Ejército, general Mario Montoya, le relató que el miércoles de la semana pasada los campesinos fueron atacados con dos explosivos.
«Estamos reclamando a las autoridades ecuatorianas que por favor nos colaboren, que coordinemos cada uno en su territorio», dijo Montoya en declaraciones a la radio.
Según el ministro, la denuncia será presentada ante delegados de la Organización de Estados Americanos (OEA) que deben llegar en los próximos días a Colombia en el marco de las actuaciones de ese foro para tratar de solucionar la crisis entre Bogotá y Quito.
«Nosotros hemos construido un acervo probatorio de la existencia de las FARC en territorio ecuatoriano. Hemos recurrido permanentemente a la Cancillería ecuatoriana a pedirle acciones a su gobierno en este combate contra el terrorismo», dijo Araújo.
El presidente de Ecuador, Rafael Correa, rompió las relaciones diplomáticas con Bogotá a raíz de un ataque aéreo de militares colombianos contra un campamento levantado por las FARC en territorio ecuatoriano, que produjo la muerte a más de 20 rebeldes, entre ellos el segundo al mando del grupo, alias «Raúl Reyes».
Los militares cruzaron la frontera y llevaron a Colombia los cadáveres de «Reyes» y de un ecuatoriano que fue identificado como Franklin Aizalia.
El gobierno colombiano ha señalado que entregará a la OEA y a las autoridades ecuatorianas una serie de documentos que demostrarían que Aizalia era miembro activo de las FARC.
