Profesores y alumnos con alma de ‘héroe’ luchan por la educación en Brasil

Profesores y alumnos con alma de 'héroe' luchan por la educación en Brasil

(EFE).-Profesores con alma de ‘héroes’ y alumnos entusiastas afrontan cada día las adversidades de la selva y la extensa geografía brasileña para gozar de un derecho fundamental: la educación para todos. Son los niños de los trabajadores del caucho; descendientes de familias «nordestinas» que emigraron a principios del siglo XX al estado de Acre en busca de un futuro mejor.

Uno de los mayores retos que tiene el sistema educativo de Brasil es el de llegar a todos sus habitantes, incluso en regiones aisladas como la selva donde para ir a la escuela los niños viven cada día una aventura. Los alumnos recorren largas distancias, afrontan caminos embarrados, animales salvajes y las inclemencias del tiempo para asistir a clase.

Para el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, la democratización de este derecho fundamental no es tarea fácil dadas las características del gigante sudamericano, que tiene bastos terrenos prácticamente despoblados y de muy difícil acceso.

Una alianza entre el Gobierno y la Fundación Roberto Marinho, una institución privada que promueve iniciativas educativas que contribuyen a mejorar la calidad de vida de los brasileños, ha permitido responder a la demanda activa de educación y oportunidades procedentes de zonas rurales como las que existen en Acre.

En este estado brasileño del interior, uno de los que cuenta con la población más dispersa, los adolescentes puedan ahora aspirar a ir a la universidad, algo impensable no hace mucho.

Entusiasmados por aprender
Según Vilma Magalhaes, responsable de educación de la Fundación Roberto Marinho, en los últimos ocho años la implantación de proyectos de educación rural ha permitido incrementar los índices de acceso a la escuela de los estados menos desarrollados, donde antes no existía un currículo común y cada profesor privatizaba su temario.

Lo que más sorprende al visitar escuelas del municipio de Xapurí, a más de dos horas de automóvil de Rio Branco, la capital de Acre, son las ganas de aprender y la ilusión que se refleja en la cara de cada uno de los alumnos, quienes atraviesan a pie terrenos casi impracticables por el fango que se forma después de las torrenciales lluvias amazónicas. Guimaraes asegura que tanto los niños como los profesores son «héroes», porque dejan a sus familias para «educar a los hijos del país».

En la escuela de Tupá, Antonia Beleza de Lima imparte clases a más de una hora de viaje en todoterreno de su casa y de su hijo de tan sólo dos meses, que durante la semana se queda con su padre.

Una de sus alumnas, Marcia, es una joven de 19 años que sueña con ser psicóloga. Marcia debe caminar «poco», una media hora, para llegar a la escuela. Eso sí, este paseo lo hace con su hijo de dos años en brazos, quien también asiste a las clases.

Todavía más inmerso en la selva, a unas 2 horas y media en todo terreno, seguidas de una caminata de una hora caminando, se encuentra la escuela de la plantación de caucho São Pedro, donde Lissandro Augusto da clase.

Él también deja una familia en la ciudad, y explica que para comunicarse con ella durante la semana debe hacerlo por correspondencia gracias a la gente «que va y viene».

A pesar de las dificultades que enfrenta y de tener que vivir en la parte trasera de la edificación de madera y paja que es la escuela, Lissandro destaca la puntualidad e interés de los alumnos lo que, según asegura, le hace superarse cada día y pensar que lo que está haciendo merece la pena.

Este nuevo sistema, denominado Telecurso, capacita a profesores para que tan sólo uno pueda impartir todas las materias en una escuela.

Nació como una solución para que toda la población brasileña tuviese oportunidad de acabar sus estudios mediante una serie de clases grabadas por especialistas y emitidas por televisión. Ahora, el Telecurso se ha adaptado y, junto con dinámicas de integración que incentivan a los alumnos para estudiar, consigue que niños de las comunidades de la selva disfruten de una educación completa y de calidad.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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