(David Ignatius/PD).-El juicio del amigo trapichero de Barack Obama, Antoin “Tony” Rezko, volvía a la actualidad la semana pasada a causa de una discrepancia con motivo de si Obama asistió o no a una fiesta en casa de Rezko en honor a un multimillonario de origen iraquí llamado Nadhmi Auchi [conspiró con Saddam para asesinar al premier iraquí en 1959].
Un testigo de cargo prestó testimonio de que Obama y su esposa fueron invitados en la reunión del 3 de abril de 2004 en el suburbio de Wilmette en Chicago. La campaña de Obama respondió que ninguno de los Obama recuerda asistir a tal evento social. Auchi de igual manera no tiene «ninguna noción de reunirse con el Senador Obama en ninguna fiesta de 2004 o en ningún otro momento», según su abogado Alasdair Pepper.
El testimonio fue un recordatorio de la confluencia entre negocios y política que gira en torno a Rezko — y de la curiosa amistad durante 17 años de Obama con el empresario de Chicago procesado. Los Clinton se han visto con toda propiedad machacados a lo largo de los años a causa de sus amistades con personas de influencia política. Y aunque Obama se quejaba en el debate de la noche del miércoles de «las distracciones» de la campaña, su longeva asociación con Rezko es digna de examinarse con cuidado.
El misterio del asunto Rezko, para mí, es el motivo de que Obama cerrase filas en torno al empresario sirio de nacimiento mientras sus problemas legales se amontonaban. La respuesta, todo lo que puedo decir, es la misma que surgía en el debate suscitado por los comentarios incendiarios realizados por el antiguo pastor de Obama, el Reverendo Jeremiah Wright. Obama sigue siendo tenazmente leal a sus amigos, especialmente a aquellos que le apoyaron cuando siendo un joven que luchaba por encontrar su lugar en el mundo llegó por primera vez a Chicago.
Obama conoció a Rezko al poco de licenciarse en la Facultad de Derecho de Harvard. Rezko estaba bien relacionado dentro de la comunidad afroamericana de Chicago, en parte a causa de que había trabajado con Jabir Herbert Mohamed, el hijo del fundador de Nación del Islam, Elijah Mohamed, cuando dirigía la carrera del púgil Mohamed Alí, según un perfil de mayo de 2005 en el Chicago Tribune.
Rezko pasó a dedicarse a las propiedades inmobiliarias y la recaudación política de fondos, una combinación explosiva en Chicago con frecuencia. Rezko ofreció a Obama un puesto de trabajo con su compañía inmobiliaria poco después de conocerse, alrededor de 1991, pero Obama declinó la oferta. Cuando Obama decidía presentarse al Senado del estado de 1995, Rezko fue «su primer donante sustancial», según el Tribune. La relación monetaria se prolongó, con Rezko recaudando nada menos que 250.000 dólares a lo largo del curso de los 5 comicios de Obama en Illinois, informaba el Chicago Sun-Times.
La amistad podría haber reflejado el hecho de que ambos hombres eran forasteros intentando establecerse en el implacable mundo de Chicago. Obama declaraba el mes pasado al Sun-Times: «Mi opinión de Tony Rezko era que era un inmigrante que había salido del arroyo por sus propios méritos… creo que me veía como alguien que tenía talento, pero probablemente también estuviera intrigado por mi ascendencia internacional».
Parte de lo que dice Obama que le gustaba de Rezko era su afabilidad: «Nunca me pidió nada”.
La relación se volvió polémica a causa del ya célebre acuerdo de compra de la residencia: cuando Obama y su esposa adquirieron una casa de 1,65 millones de dólares en Chicago en junio de 2005, la esposa de Rezko adquiriría simultáneamente la propiedad colindante y más tarde vendía parte de ella a los Obama para que pudieran tener un jardín más grande.
Obama reconocía en una entrevista con el Chicago Tribune el mes pasado que en el acuerdo inmobiliario, «cometí el error de no contemplar el potencial conflicto de intereses o la presunción de comportamiento inapropiado». De la motivación de Rezko a la hora de adquirir el terreno colindante, decía, «Quizá pensó que esto consolidaría nuestra relación. Hasta podría haber pensado que me estaba haciendo un favor».
Lo problemático de esta historia es que en el momento en que Obama adquiría la casa en junio de 2005, ya habían aflorado alegaciones sobre el presunto tráfico de influencias por parte de Rezko. Una noticia en el Chicago Tribune del 13 de febrero de 2005 criticaba la adjudicación a Rezko de lucrativas contratas públicas de la gerencia de restaurantes en las carreteras de peaje de Illinois; una noticia del 8 de abril de 2005 afirmaba que era objeto «de censura por parte del consistorio de Chicago» porque su cadena de restaurantes se había hecho con dos emplazamientos en el aeropuerto O’Hare destinados a firmas minoritarias; un artículo el 17 de mayo informaba que Rezko había sido citado en una investigación de corrupción.
Al ser preguntado por el Tribune por el motivo de que no rompiera la relación, Obama decía que Rezko «me ofreció garantías de que no estaba haciendo nada malo» y «mi instinto fue creerle». Teniendo en cuenta el amplio abanico de informaciones disponibles en aquel momento acerca de las actividades de Rezko, hay que decir que Obama fue leal hasta la negligencia.
© 2008, The Washington Post Writers Group
