El presidente de Guatemala, Álvaro Colom, que hoy cumple los primeros cien días de su Gobierno, aseguró que ha logrado sentar las bases para transformar las «injustas estructuras» de este país centroamericano.
Durante la presentación del informe del «Plan de los cien días» de su administración, en el cual se impuso el cumplimiento con 132 metas para reducir los niveles de inseguridad y pobreza que afectan a los guatemaltecos, el mandatario aseguró: «Hemos iniciado un proceso irreversible y necesario» para transformar la nación.
El plan, cuyo cumplimiento ha sido fuertemente criticado por la oposición, «ha sido cumplido más allá» de los objetivos fijados, precisó Colom, durante un largo discurso que pronunció frente a su gabinete de Gobierno y representantes del cuerpo diplomático.
Colom, quien inició su administración el pasado 14 de enero con la promesa de gobernar «para los más pobres», señaló que las metas fijadas en su «Plan de los cien días» han sido sólo el «inicio de un proceso de cambio y transformación del sistema», por lo que el cumplimiento de estas «no pueden ser medidas en porcentajes».
«Son tiempos de cambio y transformación. Estamos equilibrando las fuerzas de poder, y le moleste a quien le moleste este es el gobierno de los cambios», precisó.
El mandatario hizo un llamado a sus opositores políticos a que trabajen «todos juntos por Guatemala», a que se siga » el ejemplo de los países amigos» y a que exista humildad al momento de aprender de los demás.
Aseguró que las acciones que ha emprendido su administración llevan como objetivo reducir los niveles de pobreza que afectan al 52 por ciento de los 13,3 millones de guatemaltecos, para que «la gente pobre por primera vez tenga derecho a ser tomada en cuenta».
«Me aterra la crítica de los pobres, los demás no me interesan», precisó Colom al asegurar que «esta es la primera vez que la población tiene la posibilidad de evaluar» a su Gobierno.
El presidente reconoció que el «Plan de los cien días» fue «una estrategia de campaña» de su partido para ganar las elecciones presidenciales de diciembre pasado, pero aseguró que el mismo le ha servido a su Gobierno «para iniciar el proceso de transformación del Estado».
«Nos cuentan las costillas (evalúan) desde el primer día (de su administración), pero está bueno, porque ese contar de costillas nos hace un Gobierno de transformación», indicó.
Colom detalló minuciosamente los avances que en materia de seguridad, salud, educación y combate a la pobreza ha logrado su administración, e insistió en que la mayoría de las metas impuestas se ha cumplido.
Los índices de violencia, que de acuerdo con las cifras oficiales se han incrementado en los últimos tres meses, según el mandatario «aunque no se han reducido, sí se mantienen bajo control, porque en este Gobierno se cumple la ley».
«La inseguridad es una preocupación de los ciudadanos, pero no es la más grande. Ahora la sobrepasa los precios de la canasta básica», los cuales se han incrementado debido al alza en los precios del combustible en el mercado internacional, aseguro.
Para paliar esa situación, dijo, se han «iniciado medidas» para controlar el incremento de los precios, «pero tenemos poco espacio de maniobra para lograr».
En todo caso, apuntó: «No venimos a administrar una crisis, la venimos a enfrentar», para lograr que «esa crisis se convierta en una oportunidad» para el país.
La percepción de opositores y analistas políticos locales es diametralmente opuesta a la del presidente.
El general retirado Otto Pérez Molina, secretario general del opositor Partido Patriota, aseguró a la prensa que «para él (Colom) y su esposa (Sandra Torres) todo podrá estar mejor, pero para los guatemaltecos la situación es cada día peor».
En los primeros cien días de Gobierno, señaló el opositor, Colom ha demostrado «que perdió el rumbo», con su «falta de dirección, contradicciones y falta de conciencia con los problemas nacionales».
