Barack Obama ha descubierto los riesgos de la condescendencia

Barack Obama ha descubierto los riesgos de la condescendencia

(Michael Gerson).-Su discurso de Filadelfia sobre la raza estuvo lleno de ella. La gente que no comparte las opiniones de Obama no fue refutada, fue justificada.

Los blancos de ingresos menores, argumentó, «sienten cómo se les escapan sus sueños» y por ese motivo recurren al resentimiento contra el transporte escolar a centros fuera de sus vecindarios y la discriminación positiva, «echan pestes del estado del bienestar» y «tienen miedo al crimen». Y Obama no solamente comprende a estas almas enfurecidas y manipuladas, él las defiende. Después de todo, no deberían ser etiquetadas como «racistas» o «desencaminadas».

Este es el mismo argumento, expresado más groseramente en un acto de recaudación de fondos de San Francisco, que establecía Obama a propósito de los paletos americanos resentidos que se aferran a las armas y la religión. Él ni siquiera admite la posibilidad de que esta gente pueda tener convicciones reales en asuntos de discriminación positiva, bienestar social, criminalidad, posesión de armas o el significado del universo. Lo único más insultante que ser atacado es ser justificado.

En su discurso de Filadelfia, Obama aplicaba el mismo elevado discernimiento a su propia comunidad racial y religiosa. El Reverendo Jeremiah Wright – y los demás afroamericanos culpables de «resentimientos e ideas preconcebidas» — era descrito como producto de una experiencia difícil. Wright «alcanzó la madurez en los años 50 y principios de los 60, un momento en el que la segregación aún era la legislación nacional y las oportunidades eran sistemáticamente constreñidas». Obama instaba a una tolerancia magnánima así con los puntos flacos de Wright en lugar de tratar sus argumentos.

La respuesta de Obama, estoy seguro, proporciona una excusa a la campaña mediática de Wright para describir la teología de la liberación negra. Wright podrá ser un egoísta aficionado a ocupar plano. Ciertamente es un showman, disfrutando de su momento de gloria. Pero su principal argumento parece ser: «No, Barack, de verdad que sostengo estas convicciones teológicas. Puede que necesites atacarme por motivos políticos. Pero no te atrevas a despreciarme como un tío extravagante”.

Es un tributo al poder del mensaje cristiano que exista algo como teología cristiana afroamericana de cualquier variante. El cristianismo era la religión practicada por los dueños de esclavos — distorsionada a menudo en una ideología de opresión. Pero los afroamericanos encontraron un modelo de liberación en el Éxodo. Descubrieron que Jesús se parecía mucho más al esclavo apaleado y linchado que a sus religiosos compresores. Y los afroamericanos — mediante su valiente declaración del amor universal de Dios y la dignidad universal del hombre — redimieron a una nación a la que habían llegado encadenados.

Pero la teología negra de la liberación lleva este argumento mucho más lejos — o quizá más atrás. El mentor intelectual del Reverendo Wright, el profesor James Cone, del Seminario Teológico Unido, no toma parte de la universalidad del cristianismo. «La teología negra» dice Cone, «se niega a aceptar un Dios que no se identifique en su totalidad con los objetivos de la comunidad negra. Si Dios no está con nosotros y contra los blancos, entonces es un asesino, y haríamos mejor matándolo». Y de nuevo: «La teología negra solamente aceptará el amor de un Dios que participe en la destrucción del enemigo blanco». Y una vez más: «En el Nuevo Testamento, Jesús no está con todos, sino con los oprimidos, los pobres y los rechazados de la sociedad, y contra los opresores”.

Este énfasis en el mal estructural de la América blanca tiene consecuencias políticas naturales — suscita la creencia en que la política americana se define por sus crímenes, la tendencia a aceptar las teorías conspiratorias antigubernamentales sobre el sida y las drogas, y una preocupante apertura a los dictadores antiamericanos como Castro o Gaddafi. Explica la descripción por parte de Wright de los ataques del 11 de Septiembre como «llamada de atención» a «la América blanca».

Pero los errores más profundos de la teología negra de la liberación son teológicos, no políticos. Jesús sí defendía una preocupación especial por los derechos y el bienestar de los pobres y los desamparados. Pero rechazó específicamente una fe basada en la lucha social y política, para gran decepción de sus seguidores más entusiastas. La Iglesia temprana, en su conmovedora decisión de incluir a los gentiles como iguales, rechazó explícitamente una comunidad definida en función de la etnia. Ningún teólogo cristiano que afirme «Jesús no está con todos» puede ser bíblico.

Aún así, este tipo de discrepancia sustancial plasma en última instancia más respecto a la teología de la liberación negra de lo que mostraba inicialmente Obama. La mayor parte de la gente preferirá ser llamada equivocada o en lo cierto antes que ser despreciada. Y un pastor inteligente y apasionado como Wright naturalmente desea que sus opiniones influencien a su propia congregación. Tiene todo el derecho a preguntar a Obama, «¿acabas de notar ahora mis creencias más básicas? ¿De verdad has pasado 20 años dormido en el banco de la iglesia?”

Bajo la presión de la claridad de Wright, Obama ha despertado ahora de sus sueños teológicos. Pero sigue presente una lección: «ser trascendente» es con frecuencia indistinguible de «ser condescendiente».

© 2008, The Washington Post Writers Group

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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