El ex general del Ejército Rodolfo Robles reiteró áyer que el ex presidente peruano Alberto Fujimori «estaba directamente involucrado con el destacamento (militar) Colina», autor material de dos sonadas matanzas en 1991 y 1992.
(EFE).-Durante la audiencia por el juicio contra Fujimori por abusos a los derechos humanos, Robles señaló como evidencias de lo dicho a los memorandos de felicitación y recomendación de ascenso firmados por el ex gobernante (1990-2000) a favor de los integrantes del denominado «escuadrón de la muerte».
Asimismo, señaló la ley de amnistía que permitió en 1995 la excarcelación de los ex militares, integrantes del Colina, después de ser condenados a penas benignas por la justicia militar por las matanzas de nueve estudiantes y un profesor de la universidad La Cantuta en 1992, y de 15 asistentes a una fiesta en la zona de Barrios Altos en 1991.
«Están escritos y firmados por el acusado Fujimori (…), no creo ser un testigo referencial», acotó Robles durante su intervención.
Ante una consulta del fiscal supremo José Peláez, Robles declaró que el Colina «fue una expresión de una política oculta, de guerra sucia, de aplicación de terrorismo de Estado, creado y entrenado para esto».
El comando paramilitar fue manejado con órdenes del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN), dirigido en la sombra por el ex asesor presidencial Vladimiro Montesinos, que a su vez dependía de Fujimori, añadió el ex general que denunció la existencia del Colina y sufrió el acoso oficial en la década pasada.
En otro momento, Robles afirmó que «el grupo Colina fue creado para eliminar a las personas que obstaculizaban el proyecto político del Gobierno, de perpetuarse a través de continuas re-elecciones».
El general en retiro recordó que antes del «autogolpe» de Estado de Fujimori, en 1992, Montesinos expuso a los jefes militares un «cuadro tenebroso» en el cual la banda armada Sendero Luminoso había logrado cercar Lima y, por lo tanto, se necesitaban acciones urgentes.
El entonces presidente del Comando Conjunto, Nicolás Hermoza, explicó a la cúpula castrense que había que despejar los «obstáculos» que no permitían aplicar la política contrasubversiva de Fujimori, indicó Robles.
Esos obstáculos eran el Congreso y el Poder Judicial, que fueron disueltos e intervenidos luego del autogolpe de Fujimori.
Al terminar su interrogatorio por los abogados de la parte civil, Robles denunció estar siendo víctima de acoso y amedrentamiento en algunos medios de comunicación y a través del seguimiento que ha descubierto de desconocidos contra uno de sus nietos.
La sesión de la tarde fue suspendida al poco tiempo de reanudarse porque Fujimori se quejó de presión alta y malestar estomacal, estado que fue verificado por médicos de la policía en la sala de audiencias.
El presidente de la Sala, César San Martín, dispuso que el ex gobernante sea atendido por especialistas de medicina legal y supervisado permanentemente en los próximos días.
