(PL).- Europa debe ser un nido de racistas y xenófobos para Teresa Fernández de la Vega, y es que no hay un gobierno que, a diferencia del español, no se dedique a poner coto a la inmigración y perseguir a los ilegales.
La ministra belga de Asilo e Inmigración, Annemie Turtelboom, ha ido más allá del famoso contrato de integración propuesto por el PP y quiere introducir un sistema de puntos para conceder permisos de residencia.
El objetivo del proyecto de ley que está elaborando la ministra es especificar y valorar los criterios que deben reunir los inmigrantes para demostrar que tienen un ‘anclaje local duradero’ a la hora de optar por la concesión de un permiso de residencia.
Turtelboom propone un sistema por el que un inmigrante que solicite ser regularizado por razones humanitarias urgentes obtendrá un permiso de residencia si acumula al menos 70 puntos.
Tener trabajo valdrá 40 puntos; seguir o haber seguido un programa de formación reportará 10, igual cifra que supondrá tener hijos escolarizados. Además, haber seguido un curso de uno de los idiomas oficiales del país valdrá 20 ó 10 puntos, dependiendo del nivel de dominio; un dictamen favorable del alcalde aportará 10 puntos y uno negativo restará esa cifra.
Bélgica se une así a Holanda, Alemania, Francia, Italia o Gran Bretaña en sus políticas de endurecimiento del trato con la inmigración. España, una vez más, queda descolgada de Europa.
