EE.UU. está a la espera de la «decisión final» de Ecuador sobre la no renovación del convenio que existe entre ambos países en torno a la base de Manta antes de tomar un decisión sobre un eventual traslado a Colombia, dijo ayer el embajador de Washington en Bogotá, William Brownfield.
(EFE).-Durante una visita a la caribeña ciudad de Barranquilla para entregar alimentos, el diplomático dijo a los periodistas que su país «espera una decisión final» del Gobierno de Ecuador «sobre el futuro de la colaboración» bilateral en la base aérea de Manta.
Asimismo, reiteró que Colombia es una de las opciones para instalar una base aérea que sustituya la que existe en Manta para la lucha contra el narcotráfico.
«Si el Gobierno ecuatoriano decide terminar o cerrar esa colaboración ahí, entonces el Gobierno de Estados Unidos tiene la obligación de buscar otro lugar donde podamos hacer ese trabajo conjunto tan importante contra la droga ilícita», indicó.
En ese caso, dijo, se considerarán varias opciones y entre ellas «se encuentran algunos lugares sin duda ninguna en Colombia».
Sin embargo, «hasta que no se tome esta decisión (en Ecuador) no veo ni necesidad ni probabilidad de alguna decisión en esta dirección», puntualizó Brownfield.
El último número de la revista Cambio señaló que funcionarios y militares colombianos creen que EE.UU. está dando pasos para trasladar a Colombia su base militar de Manta, cuyo permiso de diez años termina en 2009 y no parece que vaya a ser renovado por las autoridades ecuatorianas.
El pasado 22 de abril el embajador estadounidense se reunió con el ministro colombiano de Defensa, Juan Manuel Santos, y le comunicó que Washington había observado «un avance significativo» de las Fuerzas Militares colombianas en materia de derechos humanos, señaló la revista.
Por ello, el Departamento de Estado decidió levantar el veto que desde enero de 2003 aplicaba a la base aérea de Palanquero, en el centro de Colombia, que estaba sancionada desde 1999, cuando aviones que despegaron de allí bombardearon por error un pueblo del noreste colombiano y mataron a 18 campesinos que confundieron con rebeldes.
