Tragedia cubana, vergüenza española

Tragedia cubana, vergüenza española

(PD).-Hermann Tertsch describe su indignación por el apoyo que brindó a España a la dictadura cubana para que la UE levante las sanciones. «Lo inexcusable y lo profundamente vergonzoso para todo demócrata español es tener la certeza de que ha sido el Gobierno español con nuestros recursos y gracias a nuestra confianza depositada en él, quien ha utilizado todos los medios a su alcance para erigirse en abogado y «lobbista» de Castro».

Escribe Tertsch en ABC que «nuestro comandante nos ha hecho llegar una misiva desde el más laico, chulo y antillano de los «más allá», en la que se mofa de las democracias occidentales europeas y muestra su «desprecio por la enorme hipocresía» que supone, dice él, el levantamiento por parte de la Unión Europea de las mínimas sanciones impuestas en su día contra Cuba. Fueron impuestas por la brutal represión de la disidencia y la violación sistemática de los derechos humanos.

Han sido suspendidas por la militante obsequiosidad del Gobierno Zapatero hacia la dictadura que, con un celo digno de mejor causa, no ha cejado hasta hacer creer a los otros 26 miembros de la UE la obvia falsedad de que el régimen cubano se está liberalizando. No da las gracias por estos favores mi comandante. Considera que la humillación de las democracias es mérito propio. Lo cierto es que muchos le han ayudado.

¿Se imaginan a los 27 jefes de Estado y de Gobierno europeos, cuna y faro del respeto a los derechos humanos, proclamando a Robert Mugabe hijo adoptivo de la ciudad de Estrasburgo, sede del parlamento europeo? ¿O al comité del Premio Nobel o de los Premios Príncipe de Asturias proclamando galardonado post mortem a Josef Mengele, el médico de Auschwitz? ¿O un Gobierno de España erigiendo en Bruselas -con nuestro dinero, por supuesto- un monumento a Argala o De Juana Chaos, al guineano Teodoro Obiang, a los criminales de guerra Radovan Karadzic o Ratko Mladic? Lo increíble no es que siga vivo Fidel Castro, pesadilla de todos aquellos que han vivido bajo su poder, lo inexplicable y absolutamente insólito es el febril sueño solidario con el régimen cubano criminal de quienes viven a salvo de sus decisiones y tiranía. Cuba, nos dice la UE, es un país normal, homologable y homologado.

La peor dictadura existente hoy en Iberoamérica y el peor activista en contra de los derechos humanos y la libertad ha conseguido normalizar sus relaciones con la mayor unión de democracias del mundo gracias a la intervención del Gobierno español. Enhorabuena. Por fin un éxito en la política exterior de un gobierno al que no sólo el propio favorecido de esta infamante operación desprecia.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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