Líderes mesoamericanos presionados por la crisis apuntalan un plan de integración

Líderes mesoamericanos presionados por la crisis apuntalan un plan de integración

Los nueve mandatarios de Colombia, México y Centroamérica sellaron ayer el compromiso de dinamizar la integración regional preocupados por las crisis que los amenaza y que uno de ellos llamó «la tormenta perfecta» contra la estabilidad social de un área de más de 190 millones de habitantes.

(EFE).-Los jefes de Estado y de Gobierno concluyeron hoy la X Cumbre del Mecanismo de Diálogo y Concertación de Tuxtla bajo el contexto de las crisis alimentaria y energética globales, la desaceleración económica de Estados Unidos, y la amenaza del crimen organizado.

De los 90 proyectos originales del Plan Puebla Panamá (PPP) los Gobiernos los redujeron a 22 con el objetivo de concretarlos y que vayan en dirección de la interconexión carretera, telecomunicaciones, eléctrica, biocombustibles, entre otros, para un área de 3,6 millones de kilómetros cuadrados que comprende desde nueve estados del centro y sur de México hasta Colombia.

El PPP, que surgió en 2001, fue renombrado «Proyecto Mesoamérica», anunciaron los mandatarios al concluir la cita cumbre en la que se firmó la declaración de Villahermosa.

El presidente de El Salvador, Elías Antonio Saca, alertó del riesgo que corre la estabilidad de la región centroamericana por lo que llamó «la tormenta perfecta», que une la crisis alimentaria y energética con la desaceleración económica en Estados Unidos.

«La estabilidad de una Centroamérica en paz se pone en riesgo porque cada día estamos sufriendo los embates de esta crisis mundial», insistió Saca al recordar que la región centroamericana vivió hace 20 años guerras civiles.

El presidente anfitrión, Felipe Calderón, pidió a los colegas de la región a que se sumen al esfuerzo de dinamizar el Mecanismo y recordó que éste surgió como respuesta a la salida de las guerras civiles en Centroamérica y las crisis económicas cíclicas.

En señal de este nuevo impulso, Calderón anunció la creación de un fondo de 33 millones de dólares para un programa de créditos a la vivienda para familias pobres de Centroamérica que inicialmente buscará construir 50.000 casas y hasta medio millón en el largo plazo.

También Panamá y Colombia acordaron, en un diálogo entre sus presidentes Martín Torrijos y Álvaro Uribe, concretar la interconexión eléctrica entre sus países, en un proyecto que abarca 614 kilómetros.

Pero estos mandatarios no hicieron alusión, al menos no en un comunicado oficial, sobre la oposición de Panamá a conectar por carretera a ambos países para unir la región.

Panamá, de acuerdo a fuentes diplomáticas, se opone a la construcción en la zona selvática del Darién de unos 30 kilómetros de carretera con Colombia porque no desea que lleguen a su territorio algunos fenómenos de su vecino, como la guerrilla, el narcotráfico, la migración, además de que no quiere alterar el medioambiente de esa región.

El presidente Uribe dijo anoche a medios de prensa que era una «tristeza» que por 30 kilómetros Colombia no quede conectada por carretera con Centroamérica y México.

Otro asunto que preocupa a los nueve jefes de Estados y de Gobierno es la reciente aprobación del Parlamento Europeo sobre la inmigración indocumentada.

El presidente Saca pidió un diálogo con la Unión Europea (UE) para abordar el fenómeno migratorio y rechazó que se criminalice a los indocumentados, en referencia a la directiva de retorno aprobada el 18 de junio pasado.

Los llamamientos a la unidad se toparon también con diferencias entre los estados miembros de este mecanismo, que surgió en 1991 y que se fortaleció en 2001 con el PPP (ahora Proyecto Mesoamérica) y en 2006 con la incorporación de Colombia.

En la cita, Nicaragua criticó las políticas de producción de biocombustibles cuando hay escasez de alimentos.

Hablar de producción de biocombustibles es «un pecado mortal» ante la escasez y los altos precios de los alimentos, expresó Ortega.

Dijo que está en contra de la política de producción de biocombustibles de Estados Unidos y de Brasil, y llamó «plan soñador» el del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.

Sobre ese tema, los mandatarios acordaron que no se emplee maíz amarillo para la producción de biocombustibles.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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