(PD).- En la liberación de Ingrid Betancourt, los militares colombianos se hicieron pasar por terroristas para rescatar a los rehenes. Lo que no revelaron fue el uso del logo de Telesur, algo que no le ha sentado muy bien a esta cadena.
Es la hipocresía del cómplice. La televisión chavista ha emitido un comunicado contra el Gobierno colombiano por el «uso ilegal» de su logotipo en el rescate de Ingrid Betancourt. La cadena asegura que entrenaron a los militares «para que se hicieran pasar por un italiano, un australiano, un árabe, un médico, una enfermera y un camarógrafo de Telesur».
Suplantar a periodistas -continúa el comunicado- en una operación militar es una simulación pérfida y una felonía fraudulenta tan grave como suplantar a la Cruz Roja Internacional, que no puede ser aceptada bajo ningún pretexto, porque viola el derecho de gentes, los acuerdos internacionales y las leyes de la guerra, que son logros de la civilización.
Semejante irresponsabilidad constituye un peligro para la vida de profesionales inocentes, precariza su seguridad y así atenta contra el derecho universal a la información.
Cabe preguntarse por qué los narcoterroristas permitieron a esta cadena -y no otras- el paso a sus campamentos de rehenes y si estas visitas se habían repetido anteriormente.
Por su parte, el ministro de Defensa colombiano, Juan Manuel Santos, consideró irrelevate pedir disculpas por el uso del logotipo aunque no así por el de la Cruz Roja.
