El presunto asesino murió al ser quemado por una turba formada por unas 200 personas en la ciudad peruana de Juli, cerca a la frontera con Bolivia.
Un varón identificado como Jorge Jahuira Cruz pereció consumido por el fuego y un agente de la policial de nombre Javier Castro Pacorbo ardió en llamas por defender a su detenido de una enardecida turba que buscaba hacer justicia.
Unos días antes, el primero había asesinado a golpe de martillo a su cuñada Ignacia Cervantes y dejado gravemente heridos a su conviviente Aurelia Cervantes y su menor hijo Iván Jorge.
El asesinato a golpe de martillo
La historia inicia un miércoles, en horas de la tarde, cuando el sujeto Jorge Jahuira Cruz de 46 años de edad, en forma inexplicable habría golpeado con un martillo metálico a su conviviente Aurelia Cervantes Rojas de 26 años, a su propio hijo Iván Jorge de 6 años y a su cuñada Ignacia Cervantes Rojas de 18 años de edad.
Tras los golpes que le propinó el malvado sujeto en el interior de su vivienda ubicado en la Avenida Tupac Amaru Nº 316, se dio a la fuga con destino desconocido dejando abandonadas a su conviviente Aurelia, su hijo Jorge y su cuñada Ignacia, quienes quedaron agonizantes con una serie de heridas que les ocasionó el salvaje ataque de Jorge Jahuira.
Denuncia ante la Policía
Al promediar las 9:00 de la noche del mismo día, doña Aurelia Cervantes se habría constituido ante los agentes policiales de la Comisaría de Juli, en compañía de su menor hijo Iván Jorge (06) quienes presentaban diversas heridas en la cabeza por donde emanaba abundante sangre y que habrían sido causados por su esposo Jorge Jahuira Cruz que los habría golpeado con un martillo.
Además, la mal herida mujer habría revelado ante la Policía, que también su menor hermana había sido agredida físicamente y que yacía inconsciente en el interior de su domicilio ubicado en la Av. Tupac Amaru Nº 316 – Juli, por lo que solicitaba la intervención policial.
De inmediato los policías auxiliaron a doña Aurelia Cervantes y su menor hijo quienes fueron trasladados hasta el hospital de Apoyo Juli; mientras que otro grupo de efectivos del orden se constituyeron al domicilio donde sucedió el sangriento hecho con la finalidad de capturar al agresor y prestar auxilio a la agraviada Ignacia Cervantes.
Agonía tras al ataque
Cuando los policías llegaron a la vivienda, encontraron a la joven Ignacia, tendida en el patio y en estado semiconsciente, desangrando a raíz de una herida en la cabeza, por lo que de inmediato fue trasladada hasta el nosocomio de esa ciudad de Juli, donde ingresó por Emergencia a las 9:50 horas de la noche.
El Dr. German Huayna Prado, que en ese instante atendía de emergencia diagnosticó “TEC Grave rotura de Cráneo con exposición de masa encefálica”, y ante la gravedad del estado de salud de la joven, el galeno dispuso la inmediata transferencia al hospital Manuel Núñez Butron de Puno cuando el reloj marcaba aproximadamente las 22:30 horas.
Al conocer de los hechos, la Dra. Gladys Yupanqui Sagua, Fiscal Provincial Mixta de Chucuito – Juli, la misma noche ordenó realizar una diligencia inmediata para dar con el paradero del agresor Jorge Jahuira Cruz, quien se había dado a la fuga, presumiéndose que éste haya fugado a la península de Chucuito – sector Huayrapata.
Agonía y muerte
Mientras tanto, cuando el reloj marcaba aproximadamente las 11:50 horas de la noche cuando en compañía de su hermana y de su pequeño sobrino era trasladada hacia Puno y se encontraban por la localidad de Ilave, Ignacia Cervantes feneció al no soportar las múltiples heridas que le había ocasionado su malvado cuñado, por lo que fue retornando a la ciudad de Juli e internado el cadáver en la morgue del hospital de Apoyo.
El día jueves, la Policía de Investigación Criminal de Juli, al conocer que el asesino estaba escondido en la comunidad campesina de Huayrapata, habría exigido ante el despacho de la fiscal Gladis Yupanqui, representante del Ministerio Público, para que ordene la detención pre liminar del sindicado.
Captura del asesino
Cuando ayer amaneció y parecía un día parcialmente tranquilo, al promediar las 12 del medio, se suscitó un macabro hecho en la zona del barrio de Pueblo Libre en Juli, donde el Técnico de Segunda de la Policía Nacional del Perú, Javier Castro Pocorbo (44), junto a un homicida de nombre Jorge Jahuira Cruz, fueron quemados vivos en la ciudad de Juli.
Decenas de pobladores del barrio Pueblo Libre de la ciudad de Juli, impidieron que el agente de la Policía pueda trasladar al sindicado asesino Jorge Jahuira Cruz, obstruyendo la diligencia que venia desarrollando la Fiscal Provincial Mixta de la Provincia de Chucuito, Gladys Yupanqui Sagua, que había ordenado la captura e intentaba trasladar al homicida hasta la carcelera de la Comisaría para las investigaciones de Ley.
Jorge Jahuira Cruz, había sido capturado cuando en una vivienda de la zona rural se escondía, por no querer responder por el asesinato que había cometido en contra de su cuñada, el pasado miércoles por la noche y habría agredido además físicamente a su conviviente, hijos y demás familiares, en su domicilio del barrio Pueblo Libre de la citada ciudad.
Ajusticiamiento
Los vecinos de la mujer asesinada y de la familia que sufrió el salvaje ataque, al percatarse de la captura del homicida trataron de lincharlo en un primer instante, y en el ajetreo el sub oficial de la policía Javier Castro, intentó calmar los ánimos a fin de evitar el ajusticiamiento, sin embargo los lugareños también lo redujeron en la presunta presencia de la fiscal Gladis Yupanqui.
Cuando el reloj marcaba el medio de día de ayer y según información entregada por el mismo agente policial que buscaba impedir el linchamiento al homicida, la turba conformada por aproximadamente un millar de personas se enfureció, se convirtió incontrolable, rosearon con combustible y finalmente los prendieron fuego.
Muerte del asesino
Producto de la furia de los aymaras, falleció en la sala de emergencia del hospital de Juli el sujeto que a golpe de martillo victimó a una mujer; mientras que el efectivo policial se salvo de morir, siendo transferido de inmediato hasta el hospital Regional Manuel Núñez Butrón de Puno, donde viene recuperándose de las quemaduras de según grado, según narró el encargado de la comisaría policial.
Al promediar las 14:00pm de ayer, arribó al hospital Manuel Núñez Butrón de Puno, el mal herido agente del orden Javier Castro Pacorba, para que sea atendido por médicos especializados.
Uno de los amigos del policía que sufrió el agravio del gentío, explicó que el efectivo policial Javier Castro se encuentra en una situación grave de salud, por lo que exigió a los altos mandos de la institución policial para que éste servidor sea evacuado al hospital central de la PNP en la ciudad de Lima.
Así una vez, el pueblo aymara, demuestra al Perú y al mundo entero, que el rencor y la furia colectiva es latente en el altiplano, teniendo como principal componente la absoluta desconfianza en las instancias que imparten justician en nuestro país.
La violencia es una expresión de la de pobreza
El analista político y ex candidato al gobierno regional, José Gutiérrez Alberoni, explicó que una de la causas de la violencia desatada en el sur contra el efectivo policial y el presunto homicida quemado en la víspera, es la ausencia del Estado, que se manifiesta en la pobreza, en la falta de educación y la pésima administración de la Salud.
“Yo estoy en contra de la violencia, rechazamos la justicia popular, pero es la realidad en el altiplano. El Estado debe tomar el toro por las astas, el Estado de imponer Justicia, no una justicia maquillada, donde muchos delincuentes andan sueltos”, dijo Gutiérrez Alberoni.
“Un asunto es el tratamiento jurídico, otro es el aspecto educativo”, propuso como alternativa de solución, al tiempo de indicar que “a la gente no le interesa nada cuando