(EFE).-El presidente de Ecuador, Rafael Correa, acusó ayer a funcionarios del Ayuntamiento de Guayaquil, que lidera el alcalde Jaime Nebot, cabeza visible de la oposición al Gobierno, de promover los incidentes violentos que dejaron varios lesionados el pasado fin de semana.
«Son agitadores funcionarios del Municipio de Guayaquil, que estuvieron allí para generar dichos incidentes», dijo Correa en la inauguración del nuevo edificio del ministerio de Educación en Quito.
«Tenemos todas las imágenes grabadas, en esta semana saldrá una cadena nacional en donde, nuevamente, se demostrará que unos 50 ó 60 provocadores, con palos y piedras, están ahí para tratar de generar incidentes», agregó el jefe de Estado.
El pasado sábado, ciudadanos que rechazan el nuevo proyecto de Constitución, que impulsa el Gobierno, se enfrentaron contra un grupo que promueve el Sí en las afueras de una universidad privada, en donde el presidente Correa emitió su cadena radial sabatina.
Integrantes del grupo opositor aseguraron que fueron «agredidos brutalmente» cuando se manifestaban contra el proyecto de nueva Constitución en las afueras del recinto educativo.
Por su parte, el contralor de Ecuador, Carlos Pólit, en rueda de prensa dijo que los funcionarios públicos están inhabilitados para convocar a concentraciones políticas, así como para utilizar los bienes del Estado en propagandas electorales.
«Esta totalmente prohibido utilizar los bienes del Estado y también la prohibición de convocar a funcionarios públicos para actos políticos; eso esta terminantemente prohibido, serán observados y sancionados los que no acaten las normas», agregó Pólit.
Medios de comunicación local señalaron que varios trabajadores públicos estuvieron en los enfrentamientos del pasado sábado, tanto afines al Gobierno como del sector opositor.
El próximo 28 de septiembre los ecuatorianos acudirán a las urnas para aprobar o rechazar un proyecto de nueva Constitución, que redactó la Asamblea Constituyente en los últimos ocho meses.
