Historia del falso Cónsul de Chile y el chileno «muerto» en accidente de Spanair en Barajas

Tras el accidente aéreo en el aeropuerto de Barajas que se cobró 153 víctimas mortales y 19 heridos, un circunspecto Carlos Montenegro, identificado como cónsul chileno en Madrid, entregaba vía telefónica a un canal de televisión local la identidad del supuesto único chileno muerto en la tragedia aérea que remeció ayer a España y el mundo. La noticia fue rebotada en Chile y en todo el mundo.

«Hay una persona fallecida que es don Juan José Soto Vargas, ciudadano chileno que estuvo en Alemania exiliado», dijo Montenegro en conversación transmitida en directo.

Poco tiempo bastó para que la Cancillería reaccionara: no hay ningún chileno confirmado entre las víctimas y Carlos Montenegro no es el cónsul de Chile en Madrid, aclaró.

El capítulo de ayer terminó de escribirse pasadas las 16:30 cuando la aerolínea Spanair aseguró que en el avión siniestrado simplemente no viajaba ningún Soto Vargas.

Pero Juan José Soto Vargas sí existe, es chileno y protagonista de una historia muy particular: se trata de un ex agente de la DINA que ha postulado y repostulado a los beneficios de exonerados políticos de la dictadura y, ante las sucesivas negativas recibidas por no cumplir con los requisitos, ha presentado recursos de amparo y de protección en contra de la Policía de Investigaciones, el Ministerio del Interior y el Ministerio de Justicia. Todos con fallos en su contra.

Según registra el archivo Memoria Viva, administrado por el Proyecto Internacional de Derechos Humanos, «este ex oficial de la DINA se escondió en Alemania desde 1981, pero en mayo de 1989 aparece solicitando asilo político en Suecia. Se estima que durante su estadía en Europa continuaba espiando a los exiliados para entregar información a sus antiguos jefes».

En el 8 de octubre de 2006 apreció en El Diario de La Paz, solicitando asilo político al Gobierno boliviano. «Soto Vargas exigió en 2004, al entonces Gobierno del Presidente Lagos que se devuelva a Bolivia su acceso soberano al mar, lo que le costó dos años de prisión en la cárcel de San Miguel, donde recibió torturas y maltratos. El 25 de mayo de 2005 recobró su libertad», relató ese periódico.

Efectivamente, estuvo preso en Chile en esa fecha, pero en calidad de imputado por el delito de lesiones en contra de la madre de cuatro de sus hijos, Eliet Soledad Barrientos Gajardo. La querella fue presentada en febrero de 2004 ante el 1er juzgado del Crimen de San Miguel, que lo mantuvo en prisión hasta mayo del año siguiente.

Soto Vargas no es novato en esto. Desde los años 90 se ha hecho famoso en las salas de redacción nacionales e internacionales por su capacidad de instalar noticias falsas.

En Argentina, a los pocos días de haber sido detenido el general (R) Luis Ramírez Pineda en 2006, acusado por violación de derechos humanos, Soto Vargas presentó una querella en su contra en los tribunales trasandinos.

Siempre en ese país, durante la visita del juez Juan Guzmán Tapia a una audiencia del juicio contra el sacerdote Christian von Wernich, Soto Vargas acaparó lentes y micrófonos de la prensa al insultar al magistrado chileno a viva voz.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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