Cuba pide a EE UU que suspenda el embargo seis meses por los huracanes

(PL).- Cuba empieza a recuperarse lentamente de los destrozos provocados por los huracanes Ike y Gustav, que podrían acercarse a los 10.000 millones de dólares, según cálculos de expertos. Los últimos datos oficiales son aterradores: más de 90.000 casas han sido destruidas totalmente, y otras 430.000 han sufrido severos daños.

En total, más de medio millón de viviendas se han visto afectadas, un 15 % del fondo habitacional del país, lo que supone unos 2 millones de damnificados.

Explica Mauricio Vicent en El País que miles de militares y decenas de miles de movilizados trabajan en la reparación de casas particulares, escuelas y fábricas, mientras la primera ayuda internacional comienza a llegar al país.

El gobierno cubano ha vuelto a pedir a Washington que decrete una suspensión de las medidas del embargo que le impiden comprar mercancías destinadas a paliar los daños de los huracanes. Las autoridades también han solicitado que se permita a bancos e instituciones privadas u oficiales norteamericanas conceder créditos a Cuba, «normales en todas las operaciones comerciales», para financiar las compras.

«Si el gobierno de EE.UU no desea hacerlo definitivamente, el de Cuba solicita que al menos lo autorice durante los próximos seis meses», dice una nota oficial, que descarta la posibilidad de aceptar donaciones de Washington mientras persista «el bloqueo».

El secretario de Comercio de Estados Unidos, Carlos Gutiérrez, ya ha descartado que su país vaya a levantar de forma temporal el embargo a Cuba para facilitar la recuperación. Washington quiere enviar una comisión a la isla para evaluar los daños, y ha ofrecido mandar 100.000 dólares de ayuda humanitaria. Sin embargo, Cuba rechaza esta posibilidad arguyendo que ningún país ha puesto como condición para el envió de ayuda la entrada de una delegación de expertos.

En el caso de la Unión Europea, con la que Cuba mantiene relaciones tensas pese al reciente levantamiento de las sanciones diplomáticas, hasta el momento la decisión de La Habana es aceptar sólo la cooperación de España y Bélgica, países con los que las relaciones están normalizadas.

Tras el paso del huracán Gustav, España envió a la isla el primer avión con ayuda humanitaria. Venezuela, Ecuador, Colombia, Rusia y organismos como la Cruz Roja internacional se preparan para enviar suministros en los próximos días.

Los recursos no alcanzan

Pese a la llegada de las primeras ayudas y los esfuerzos extraordinarios de las autoridades, las necesidades son inmensas y los recursos no alcanzan. Hay poblaciones arrasadas a lo largo de todo la isla, desde Baracoa, en el extremo oriental, hasta Pinar del Rió, en el occidente, donde se cuentan por decenas los pueblos arruinados. La mayoría de las casas derruidas estaban en un estado deplorable antes del paso del huracán, y mucha gente se queja de que esta precariedad derivada de años de abandono han agravado los daños provocados por los huracanes.

Además de la dificultad para obtener recursos para el enfrentamiento inmediato del desastre, preocupa la capacidad de recuperación a medio plazo, ya que la catástrofe llega en momentos de crisis económica y cuando el sector turístico – principal fuente de ingreso fresco de dólares – se encuentra en horas bajas. En la agricultura, con la mitad de las cosechas perdidas, la recuperación tardará meses. En un hecho significativo, el Gobierno ha anunciado que «con el objetivo primordial de elevar la producción de alimentos y reducir su importación», de inmediato comenzará el proceso de reparto de tierras estatales ociosas en usufructo a cooperativistas y campesinos privados.

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