La actriz Scarlett Johansson cumplió su palabra. Tras anunciar que no quería una boda pomposa y llena de glamour prefirió llevarse a los menos de 40 invitados a su enlace con el también actor Ryan Reynolds a un paraje natural cercano a Vancouver, Canadá. La ceremonia, que tuvo lugar el pasado fin de semana, fue muy tranquila e íntima, con la familia y unos pocos amigos muy concretos.
Los invitados fueron alojados en tiendas de campaña, aunque perfectamente decoradas con mobiliario antiguo y un baño completo en madera.
Durante la celebración del enlace se desarrollaron diferentes actividades naturales y de ocio, como la pesca del salmón y fletán, en la que participó el novio, de 31 años y que antes había estado prometido con la cantante canadiense Alanis Morrisette.
Además, los invitados pudieron disfrutar del idílico paisaje montando a caballo o paseando en bicicleta por las montañas.
A pesar de la discreción con la que la pareja ha llevado a cabo el enlace, fuentes cercanas han asegurado que el nuevo matrimonio tiene pensado realizar una gran fiesta para poder invitar a todas las personas que no acudieron al enlace y que han podido sentirse excluidas.