(PD).- El ex congresista Óscar Tulio Lizcano, quien esta semana consiguió huir de los narcoterroristas colombianos de las FARC, tras permanacer secuestrado durante más de ocho años, fue sometido el domingo a exhaustivos exámenes médicos en una clínica de Cali y se sabe ahora que sufre desnutrición, anemia y enfermedades parasitaria.
«Está coherente y muy emocionado. Habla muy despacio», dijo uno de sus hijos, el representante Mauricio Lizcano, el primero de sus familiares en reunirse con él.
«El paciente ha estado en buenas condiciones. Se le hará tratamiento siquiátrico él y a su familia y mañana habrá más exámenes. Permanece en compañia de su famila», leía uno de los partes médicos que se dieron durante la jornada.
Lizcano, quien se escapó hace tres días junto a su carcelero tras un fuerte presión del Ejército, se encontró en la mañana de este domingo con tropas de la Brigada XIV Móvil del Ejército en San José del Palmar, en el río Támana, municipio del Chocó, en límites entre Risaralda y Valle.
A su captor, alias Isaza, el presidente Álvaro Uribe le ofreció una recompensa y su traslado a Francia, junto con su compañera, quien se desmovilzó hace unos meses.
A petición del Presidente, el Ejército y el Ministerio de Defensa definirán el importe de la recompensa que pagarán a Isaza. La presión del Ejército sobre la Comisión que vigilaba a Lizcano comenzó hace tres meses, dijo el ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.
Lizcano aterrizó pasado el mediodía en Cali, donde visiblemente agotado dio una breve rueda de prensa junto a Santos. Luego fue trasladado a la clínica Valle del Lili de esa ciudad para ser sometido a exámenes médicos, debido a su delicado estado de salud.
Cuando Lizcano se aprestaba a hablar, Santos le pasó el teléfono para que hablara con su esposa, Martha de Lizcano. Lucía demacrado, con sudadera negra, larga barba y muy cansado. Aguantó las lágrimas. Habló sentado en una silla rodeado de militares.
«El horror que vivió durante nueve años no tiene definición. Él es un ejemplo de estoicismo», dijo Santos, quien informó a la comunidad nacional e internacional que se trató de una fuga, y no de un rescate, como había circulado en los medios cuando se dio a conocer la noticia. Sin embargo, Santos destacó que la huída se pudo dar por la asfixiante presión del Ejército en San José del Palmar.
Incialmente se había informado que se había dado muerte a ocho guerrilleros y la captura de seis, pero Santos lo desmintió. «No hubo un solo tiro, no hay guerrilleros ni muertos, ni heridos, ni capturados y el único subversivo es alias Isaza, señaló.
Lizcano se topó a las 8.15 con el Ejército. Allá permaneció unas horas, antes de volar en helicóptero a Cali, la ciudad más cercana donde se le podían prestar mejores servicios médicos. Pasadas las 12 del mediodía, Lizcano aterrizó en la escuela Marco Fidel Suárez. Su estado de salud, dijo su familia, era débil. «Me dijo que estaba bien de salud, pero débil», dijo a Radio Caracol Mauricio Lizcano.
El representante recibió en la mañana una llamada del Presidente informándole de la noticia. Lizcano no estaba con ningún otro secuestrado.
Reacciones de la familia
«Han sido ocho años de mucho sufrimiento», dijo sollozando Martha de Lizcano, esposa del ex congresista. Según las autoridades, la operación para rescatar a Lizcano empezó a planearse hace tres meses, después de que un guerrillero desmovilizado les entregara el área por donde se movilizaba el ex congresista.
En su último mensaje de supervivencia, Lizcano le había pedido al Presidente que no insistiera «buscando con nosotros una victoria militar. Acuda a una solución humana, lo más pronto posible».
«Casualmente añoche me soñé que mi papá llegaba hoy», dijo a Caracol Juan Carlos Lizcano, otro hijo del ex congresista, y quien también estuvo secuestrado en manos de las FARC.
Lizcano fue secuestrado el 5 de agosto del año 2000 en el departamento de Caldas, a unos 250 kilómetros de Bogotá, a los 50 años. Desde noviembre del pasado año no se tenían pruebas de supervivencia de él, aunque sí se decía que su estado de salud no era el mejor.
«Yo estoy tan emocionada. Es un momento muy muy fuerte. Le estoy dando gracias a Dios por este milagro», dijo desde Viena Ingrid Betancourt. «Me siento liberada otra vez».
«Estamos compartiendo con ellos (los Lizcano) cada instante de felicidad. Gracias al Ejército otra vez más, es otra cosa extraordinaria», agregó Betancourt, rescatada en julio.
Las Farc aún retienen a por lo menos una veintena de militares, policías y ex políticos, entre ellos Alan Jara, ex gobernador del departamento de Meta, secuestrado en julio del 2001 y a Sigifredo López, ex diputado de la asamblea departamental de Valle, retenido desde abril del 2002.