El Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) de Jaén ha pedido «un plan de rescate urgente» para los inmigrantes sin techo y sin trabajo y para los trabajadores afectados por la crisis.
En un comunicado, el SAT ha criticado que el Foro Provincial de la Inmigración haya tomado en la reunión celebrada ayer, decisiones para la próxima campaña de recogida de la aceituna «cuando hace más de un mes» que este sindicato «está trabajando en el problema de los alojamientos e instando a dicho foro a que haga lo propio, cuando aún están por resolver los asuntos más inmediatos».
Según el SAT, «es una impudicia pasar por encima de los problemas más cercanos, del espantoso deambular de centenares de inmigrantes sin techo y sin trabajo en nuestra provincia».
El sindicato exige un «plan de rescate urgente» para estas personas en particular, para que no mueran de frío, y otro para la totalidad de los trabajadores asfixiados que no pueden hacer frente a una situación de la que otros son responsables y ha anunciado su participación activa en próximas movilizaciones que van a desarrollarse próximamente en la capital jiennense.
Asimismo, han insistido en que la imagen de las personas «durmiendo entre cartones o hacinados en condiciones infrahumanas». son un testimonio, como lo son los cientos de miles de trabajadores que engrosan las listas del paro.
Y que está «tristemente equivocado quien piense que el problema de estas personas no es el suyo propio, un problema colectivo, el estar pagando los costes de una crisis que otros, que reciben premios, han causado».
Por ultimo, el SAT considera que «el mensaje de la Junta y de la Concejalía de Asuntos Sociales de Jaén, gestionadas por el mismo partido que lo es también del Gobierno de la nación, es claro: durante años hemos acumulado un ingente capital gracias a la explotación del trabajo de unos inmigrantes que suplían en el campo la mano de obra concentrada en otros sectores potenciados para el crecimiento de una economía frenética, ese modelo se ha hundido, así que ahora no los necesitamos».
Por lo que «pueden irse ahora sin incordiar, -añaden- sin el mínimo reconocimiento que quepa dirigir a quienes han sido clave en nuestro enriquecimiento» y es mejor que se marchen «en silencio», «haciéndose invisibles si cabe, no vayan a testimoniar el fracaso de un modelo que hace aguas».
