(PL).- El Gobierno de Colombia ha extraditado a Diego León Montoya, alias Don Diego, el supuesto capo del cartel del Norte del Valle a los Estados Unidos. El delincuente enfrenta cargos de homicidio, lavado de dinero y contrabando de miles de toneladas de cocaína.
Montoya ha llegado a la base militar de Catam, donde ha sido sometido a exámenes médicos y auscultado por especialistas para comprobar su identidad. El supuesto delincuente, que portaba gafas oscuras, corte al rape y chaleco antibalas, ha sido escoltado por varios agentes. Una hora después de los trámites de rigor ha subido a un avión que lo llevará a Miami, Florida, informa el diario colombiano El Tiempo.
«Con esta extradición se pone fin al cartel del Norte del Valle», ha dicho a la prensa Óscar Naranjo, el jefe de la Policía Nacional. Las autoridades creen que todos los líderes de esta organización delictiva han sido capturados o asesinados. Pablo Casas no opina lo mismo. El consultor en temas de seguridad asegura que el cartel aún exporta droga a Estados Unidos a través de las costas del Pacífico mexicano.
El presidente colombiano, Álvaro Uribe Vélez, firmó el permiso de extradición la noche de este jueves, después de recibir luz verde de la Corte Suprema. León Montoya ha estado esperando durante cinco meses su traslado al norte del continente en la cárcel de Cómbita.
El hombre de metro ochenta, ojos castaños, pelo oscuro y cicatrices en la espalda y en sus piernas dejadas por el bisturí de diferentes operaciones fue detenido el pasado 10 de septiembre de 2007 en Valle del Cauca. Llegó a figurar en la lista de los diez delincuentes más buscados del FBI, junto a Osama Bin Laden. Sus sicarios han trabajado con los paramilitares de la derechista Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), utilizados para blindar las rutas por la cuál circulaba la droga a través de Colombia hasta llegar a Ecuador, donde era finalmente enviada a México, la última escala antes de ser introducida a EE UU.
Poderoso y violento
El cartel del Norte del Valle centró sus operaciones en el valle del Cauca, al suroeste de Bogotá. Comenzó a cobrar relevancia a mediados de la década de los noventa gracias al debilitamiento de las organizaciones de Medellín y Cali.
El FBI asegura que desde 1990 la organización ha introducido más de 544 toneladas de cocaína a los Estados Unidos. El asesinato, secuestro y la violencia son también reconocidos como parte del trabajo. El 60% de la droga introducida al norte de América era trabajada en los laboratorios dirigidos por Montoya.
En 2003 la organización delictiva era un violento monstruo de dos cabezas. Una de ellas era Don Diego, la otra Wílber Varela Jabón. Las luchas entre las facciones de ambos dejaron cerca del millar de muertos en seis meses.
