El presidente de Bolivia, Evo Morales, advirtió ayer que el régimen de autonomías para su país se retrasará durante varios años si el próximo 25 de enero la población no aprueba en un referendo el proyecto para una nueva Carta Magna.
«Si ahora no aprobamos la nueva Constitución Política del Estado boliviano eso significa que por lo menos hasta el 2017 o tal vez en más tiempo (no) podamos implementar las autonomías», dijo Morales, en una entrevista con los medios estatales.
Aunque da por segura la aprobación del documento, Morales comentó que ante un hipotético rechazo del mismo, quienes buscan las autonomías para sus regiones se verán en la necesidad de iniciar un camino de pactos legislativos que puede tardar diez años.
Por ello el mandatario planteó un acuerdo político a los gobernadores de Beni, Tarija, Santa Cruz y Chuquisaca que están en campaña contra la aprobación del texto constitucional porque creen que no recoge las demandas autonomistas de sus regiones.
Estos gobernadores defienden un régimen autonómico con ciertas competencias, por ejemplo sobre la propiedad de la tierra, que no está en proyecto constitucional concertado en el Congreso entre el partido de Morales y una parte de la oposición.
Morales ha invitado a los nueve gobernadores del país a reunirse mañana en el Palacio presidencial para buscar el acuerdo, pero los cuatro opositores han adelantado que no asistirán.
El mandatario cree que la población respaldará con un 80 ó 90 por ciento el texto y que la oposición regional lo único que intenta hacer es restar un poco ese apoyo.
No obstante, admitió que son necesarios los acuerdos políticos antes del 25 de enero para acelerar la aplicación del nuevo régimen autonómico y acordar, por ejemplo, la creación de un ministerio y una ley para su aplicación concreta.
De su parte, el ministro de Gobierno (Interior), Alfredo Rada, dijo al diario La Razón que si gana el «No» al proyecto de nueva Carta Magna se puede generar otra ola de violencia en el país.
«El despeñadero del ‘No’ puede generar problemas, crisis política, mayor violencia y regionalismo», dijo Rada que, no obstante, confía en un triunfo del «Sí».
Bolivia vivió una ola de violencia entre agosto y septiembre pasado que en su peor momento causó en la región de Pando la muerte de 22 personas, 20 seguidoras de Morales y dos opositoras.
Los conflictos terminaron con la mediación de varios organismos internacionales y un acuerdo entre el oficialismo y parte de la oposición para cambiar cien artículos del texto constitucional que será sometido al referendo en tres semanas más.