(PD).- El presidente de México, Felipe Calderón, ha pedido este jueves a los mexicanos que apoyen al Ejército en la lucha contra el narcotráfico, dos días después de las manifestaciones en varias localidades contra la presencia de los soldados en las calles, supuestamente apoyadas por los carteles de la drogaes.
«Fieles a su condición de cobardes, han utilizado incluso a mujeres y niños para sus mezquinos propósitos; actúan a traición», ha señalado el mandatario, en declaraciones recogidas por el diario El Universal en su edición digital, durante las celebraciones por el día del Ejército mexicano en Monterrey.
Esta localidad, capital del Estado de Nuevo León, fue precisamente el centro de las manifestaciones ciudadanas el pasado martes y en días precedentes, cuando cientos de encapuchados, conocidos como los «tapados», bloquearon avenidas importantes de la ciudad para mostrar su rechazo por la presencia de los soldados.
«Quienes ven con preocupación la merma operacional, logística y financiera de su estructura criminal han pretendido provocar el repliegue del Ejército mexicano y del Gobierno», ha sostenido Calderón en la explanada del XXII Batallón de Infantería, custodiado por helicópteros y francotiradores.
Acompañado de los ministros de Defensa, Marina, Gobernación y Seguridad Pública, y del fiscal general, Calderón ha advertido a los criminales de que las Fuerzas Armadas «ni se arredran ni desistirán jamás porque están integradas por mexicanos a carta cabal comprometidos con la defensa» de México.
Ha añadido que los militares dejarán el combate contra el crimen organizado en México, que en los últimos dos años se ha cobrado la vida de 78 soldados, «cuando se haya recuperado el Estado de Derecho en las zonas alcanzadas o vulneradas por la delincuencia» y se haya extirpado la corrupción policial.
Detenciones y disturbios
En Monterrey, fueron detenidas el pasado martes 50 personas, entre ellas el conductor de un autobús de manifestantes, quien confesó que los organizdores de las protestas ofrecían dinero y teléfonos móviles a vecinos de barrios pobres.
Además, el Ejército capturó en esa ciudad a un miembro confeso de Los Zetas, grupo criminal que controla el cartel del Golfo, quien dijo haber reclutado con dinero y regalos como útiles escolares a decenas de ciudadanos, incluidos mujeres y niños.
Las manifestaciones contra el Ejército se han repetido en ciudades como Veracruz, Nuevo Laredo, Reynosa y Ciudad Juárez, en algunos casos con el cierre de puentes fronterizos con Estados Unidos y carreteras.
A estos Estados se ha unido este jueves el sureño de Guerrero, donde decenas de transportistas, campesinos y un grupo que se negó a decir a quien representaba han protestado en la explanada situada frente al Congreso local en la capital estatal, Chilpancingo.
«Que nadie se equivoque, que nadie confunda los bandos», ha recalcado Calderón, seguro de que «la delincuencia organizada está condenada a la derrota en esta lucha». A pesar de las protestas de varias ONG por el excesivo uso de la fuerza de los militares contra el narcotráfico, el Gobierno mexicano cuenta también para ello con el apoyo de Washington. En 2008, murieron en México alrededor de 5.600 personas en homicidios vinculados con el crimen organizado. Gracias al Ejército, se han llevado a cabo detenciones de líderes de los carteles, así como numerosas incautaciones.