La crisis económica hará crecer el racismo y la xenofobia en España

(PD).- El catedrático de Antropología Social de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) Carlos Giménez cree prácticamente inevitable que la crisis provoque más casos de racismo y facilite el avance de partidos xenófobos en España, por lo que urge a promover una identidad cívica que contrarreste este fenómeno.

Giménez ha coordinado el libro «Educación, Ciudadanía e Inmigración», con las reflexiones de expertos y estudiosos del ámbito de la inclusión social, y que concluye con una petición de un gran acuerdo social y político para dar una respuesta adecuada al fenómeno de la inmigración.

Este antropólogo y sociólogo vaticina que la crisis hará aflorar el racismo en una parte de la población autóctona española que, al aumentar la competencia por los recursos públicos, «empiezan a plantearse que está bien que los inmigrantes tengan derechos, pero sin pasarse. Que está bien que trabajen, pero de manera subsidiaria, y que lo de votar, quizás sí, pero no para todos», según ha dicho.

Ante estas actitudes, este experto en fenómenos migratorios apuesta por fomentar el civismo y difundir el concepto de ciudadanía de manera que se ponga el énfasis en la definición de una persona como «vecino, contribuyente, paciente, madre o padre de alumno, en definitiva, como ciudadano», en lugar de en su condición de inmigrante.

El libro que coordina Giménez detalla los puntos fuertes y débiles de España ante el reto de encarar el fenómeno migratorio y también destaca los riesgos y las oportunidades que plantea.

Entre los puntos débiles de la sociedad española actual para avanzar en la incorporación de los inmigrantes como nuevos ciudadanos, señala las «debilidades» del estado de bienestar, el incremento de las actitudes adversas hacia la inmigración en la opinión pública, y la utilización partidista y electoralista de la cuestión migratoria por parte de políticos y medios de comunicación.

Las encuestas periódicas a los ciudadanos, como las del Centro de Investigaciones Sociológicas, muestran el crecimiento de un sector hostil y ambivalente, que se explica «por el temor que existe en determinadas capas y lugares a perder su identidad, su lengua o su espacio público», asegura el estudio.

Giménez afirma que entre un 10% y un 12% de la población española tiene actitudes «muy excluyentes y adversas» hacia la inmigración y que otro porcentaje similar es muy abierto, tolerante y cosmopolita. La franja de población que más le preocupa es el resto (casi el 80%), que muestra «recelos» ante el hecho migratorio.

Como factores positivos que pueden ayudar a luchar contra las tendencias racistas o xenófobas, destaca el considerable apoyo político y social a la idea de que los inmigrantes deben tener iguales derechos y deberes, y la existencia de un conjunto de organizaciones de la sociedad civil con amplia experiencia en integración.

En este punto, Giménez subraya la importancia de la experiencia previa de integración de inmigrantes en comunidades autónomas como Cataluña, que acogió a centenares de miles de inmigrantes procedentes de otras partes de España en los años 50 y 60.

«Lo que ha funcionado, hay que repetirlo», asegura Giménez, que ha destacado, en concreto, que las políticas desarrolladas en Cataluña han hecho posible el conocimiento del catalán por parte de todos los hijos de esa inmigración interna española.

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