Un estudio del sindicato UGT pone de manifiesto que sólo el 60,7 por ciento de las empleadas de hogar inmigrantes cotiza a la Seguridad Social y que dos de cada diez han sufrido algún tipo de acoso sexual que, sin embargo, no suelen atreverse a denunciar.
El informe lo ha realizado el sindicato durante el año 2008, a partir de 673 encuestas a empleadas de hogar inmigrantes en toda Castilla-La Mancha, según ha informado el sindicato en un comunicado.
El perfil de la inmigrante empleada de hogar en Castilla-La Mancha es una mujer joven, de entre 25 y 35 años; procedente de América Latina, especialmente de Ecuador, que tiene a dos o más personas a su cargo y que suele tener finalizados, al menos, los estudios primarios.
El 60,71 por ciento de las encuestadas afirma estar cotizando a la Seguridad Social, ya que de ello depende su autorización de residencia en España, y las condiciones de trabajo de este colectivo son bastante precarias.
Para UGT, «siendo estas mujeres quienes cuidan de nuestras casas, nuestros hijos y nuestros mayores, deben contar con un mayor reconocimiento profesional y unas condiciones de trabajo dignas».
El estudio divide sus resultados entre las condiciones de trabajo específicas de las mujeres que trabajan como internas -más de 80 horas mensuales- y las que trabajan por horas.
En el primer caso, la mayoría trabaja de lunes a sábado, con un solo día de descanso, a pesar de que la legislación marca un mínimo de un día y medio, y hay un 14 por ciento que no tiene un solo día de descanso a la semana.
Una de cada cuatro afirma que no tiene los 30 días naturales de vacaciones que le corresponden por derecho y el empleador tampoco se los paga.
En el caso de quienes trabajan por horas, el dato más destacable es que suelen cobrar por encima del salario mínimo establecido en el Real Decreto que regula esta profesión: si el salario mínimo para el año 2008 era de 4,95 euros por hora, la inmensa mayoría de las mujeres encuestadas cobra entre cinco y ocho euros por hora.
UGT ha denunciado que el principal problema al que se enfrentan las empleadas de hogar inmigrantes es la explotación laboral, pues desempeñan una actividad con escaso reconocimiento profesional, y tienen un elevado grado de desconocimiento de sus derechos y deberes.
El sindicato ha señalado que, además, el Régimen Especial de Empleadas de Hogar de la Seguridad Social reconoce menos y peores prestaciones, lo que da lugar a que las trabajadoras no se den de alta y formen parte de la economía sumergida, caracterizada por su temporalidad y su poca satisfacción, y aceptando condiciones de trabajo indignas como vía para obtener las autorizaciones de trabajo en España.
Por estos motivos, UGT ha instado a la autoridad laboral a emprender la reforma de esta relación laboral especial para incorporarla al régimen general de la Seguridad Social y su adecuación a la realidad actual.
A esto se tendrá que sumar la prestación por desempleo y la necesidad de cotización de todas las horas trabajadas para así poder garantizar la protección social de las trabajadoras de este sector.