Catorce jóvenes de origen latino, nueve de ellos menores de edad y ocho con antecedentes policiales por delitos violentos, han sido detenidos por agentes de la Policía Nacional de Gijón con el fin de desarticular una banda conocida como «Ñetas» que se encontraba aún en una fase embrionaria.
Los Ñetas o «Asociación Pro Derechos del Confinado» son una banda presente en grandes ciudades como Madrid y Valencia que actúan bajo el mando de un líder con unas reglas marcadas y régimen disciplinario que castiga las faltas de sus integrantes.
Todos los detenidos pertenecen a la segunda generación de familias de inmigrantes latinos arraigados en Asturias, han informado fuentes policiales, que han precisado que a los jóvenes se les han intervenido dos pistolas detonadoras lanza bengalas, una de ellas manipulada, un pincho.
Asimismo, se les ha incautado un «libro de actas» en el que recogían los temas tratados, los asistentes y las incidencias surgidas en las reuniones que celebraban todos los viernes en el parque de La Serena y una vez al mes en el Parque de los Pericones.
Las mismas fuentes han informado de que su detención se ha llevado al constatar que este grupo, que estaba siendo seguido desde hace meses, había empezado a «plantearse la violencia», de que se trataba del inicio de una asociación «presuntamente de carácter delictivo» que quería «emular a una banda latina» en la que había un alto riesgo de que fuese radicalizándose.
La Policía Nacional, en colaboración con la Fiscalía de Menores y la Guardia Civil, inició en 2007 un plan dirigido a prevenir el avance de la delincuencia por parte de bandas juveniles y para evitar que un fenómeno entonces incipiente se desarrollase en la comunidad.
Desde entonces se ha procedido a la detención de cuarenta jóvenes, en su mayoría menores de edad, y se han incautado distintas armas prohibidas, como tres pistolas detonadoras, seis navajas, ocho cuchillos, dos estacas de madera convertibles en pinchos, un pincho y dos bates de béisbol.
Según la policía, la reunión de estos jóvenes en un lugar pública y con una estética definida por ropa amplia, collares y tatuajes con letras de tipo gótico e inscripciones no supone ningún delito, pero sí un problema cuando estas bandas «comienzan a utilizar la violencia como símbolo de identificación urbana, es decir, sus acciones violentas con las que le definen como grupo».
En este caso, los menores detenidos quedaron bajo la custodia de sus padres y tutores, mientras que los mayores de edad han pasado hoy a disposición del Juzgado de Instrucción número tres de Gijón, que ha abierto diligencias previas y dispuesto su libertad con la obligación de comparecer los días 1 y 15 de cada mes.