(Alex Mac Kenzie).- El Ministro de Cultura porteño y titular del Ente Turismo de Buenos Aires, Hernán Lombardi; la Secretaria de Cultura, Josefina Delgado; y la Directora General del Libro y Promoción de la Lectura, Alejandra Ramírez; han dado a conocer los fundamentos y objetivos de la presentación, ante la UNESCO, para que Buenos Aires sea designada Capital Mundial del Libro 2011.
La UNESCO animada por la experiencia del Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, creado en 1996, estableció el concepto de Capital Mundial del Libro eligiendo a Madrid en 2001. Tras el éxito de esta iniciativa después de Madrid ha sido elegidas: Alejandría, en 2002; Amberes (Bélgica), en 2004; Montreal (Canadá), en 2005; Turín (Italia), en 2006; Bogotá (Colombia), en 2007; Amsterdam (Países Bajos), en 2008; y Beirut (Líbano), en 2009.
Los fundamentos de la presentación se sustentan en la tradición literaria de la ciudad de Buenos Aires, conocida en la región y en buena parte del mundo, tanto por sus célebres escritores que han llevado su imaginario a otras culturas y otros idiomas, como por la vocación lectora de sus habitantes.
La Feria Internacional del Libro, los programas No hay ciudad sin poesía, Buenos libros, Buenos Aires y Semana del Libro; el “Día del Lector”, la serie de homenajes a protagonistas de la narrativa contemporánea en la biblioteca Miguel Cané -donde Jorge Luis Borges trabajó durante nueve años- y los clubes de lectura organizados en las bibliotecas públicas son sólo algunos ejemplos del compromiso del municipio con la preservación y promoción de la lectura como un espacio de construcción de ciudadanía.
En 2011, Buenos Aires celebra dos acontecimientos significativos para los argentinos: el bicentenario del nacimiento de Domingo Faustino Sarmiento y el centenario del nacimiento de Ernesto Sabato, autor, entre otras, de la novela “Sobre héroes y tumbas”, y partícipe activo de la comisión que elaboró el libro “Nunca más”, cuando se recupera la democracia en 1983.
Los propósitos que animan esta iniciativa del Gobierno porteño vinculan aspectos culturales y productivos:
Fortalecer la industria editorial y gráfica, así como las redes de venta y circulación del libro. Impulsar, por medio de programas de estímulo así como de la legislación pertinente, el desarrollo de editoriales y librerías independientes.
Sostener la importancia de la lectura como vínculo de integración social y cultural, tal como lo enuncian los postulados de UNESCO y del CERLALC.
Incluir en la formación de hábitos de lectura el acceso al libro por medio de las nuevas tecnologías (libro digital, audiolibros, Internet, etc.)
Recrear las directrices necesarias para que el hábito de lectura sea sostenido desde el hogar, la escuela y las bibliotecas públicas, porque es en la niñez cuando se encarna en la subjetividad de los ciudadanos.
Impulsar redes de participación entre instituciones privadas y públicas, que conviertan a la ciudad en un verdadero mapa de lectores y lectura.
Crear ciudadanía a partir del libro, elemento indispensable para fomentar la libertad de expresión y de pensamiento, bases de toda democracia.