(PD).- Los inmigrantes en situación irregular en España están creando una red de organizaciones similar a la que sus homólogos en Francia forjaron décadas atrás y que, ahora, les permite dar voz a sus reivindicaciones y defender sus derechos.
Explica Daniel Ayllón en Pública que en España, fundar una asociación, trabajar con una cobertura legal, estudiar después de los 18 años o cobrar el paro son derechos que todavía están fuera de su alcance.
«Si nos manifestásemos en una ciudad cada semana durante dos meses, nos harían más caso, pero para eso tenemos que organizarnos», asegura Uzman, un subsahariano de 28 años miembro de la Asociación Sin Papeles de Madrid. Estudió Económicas y está «cansado de correr delante de la policía por vender CD en la calle».
«Nos tratan como si fuésemos delincuentes», se lamenta. Como alternativa al top manta, da clases de francés y conciertos para ganar algo de dinero extra.
Ni Gobierno, ni partidos políticos, ni sindicatos, ni ONG saben cuántos sin papeles hay en España ya que no están censados.
Residencia unida al empleo
El permiso de residencia es el documento que diferencia a un sin papeles del resto de la población. «Su concesión tendría que ir vinculada a los derechos humanos, no al empleo», reivindica Óscar Petrel, miembro de la Oficina de Derechos Sociales de Terrassa. Su organización impulsó, en 2007, la creación de la primera Asociación de Sin Papeles del país, aunque todavía no está registrada como tal, porque los irregulares no tienen reconocido el derecho de asociación. No obstante, la nueva Ley de Extranjería prevé autorizarlo.
En Madrid, Barcelona y Sevilla, los sin papeles fundaron asociaciones similares a la de Terrassa en 2008. Valencia y Zaragoza ya han anunciado la creación de dos nuevas en los próximos meses.
La crisis y el aumento de la presión policial que denuncian los inmigrantes (tanto en las fronteras como en el interior del país) han acelerado que el colectivo busque alternativas de autoprotección. Las redes sociales de Internet y los encuentros periódicos que realizan en locales cedidos por ONG están siendo clave para su coordinación.
A la salida de estas reuniones, en ocasiones se han topado con policías. Entonces, los agentes abren una orden de expulsión a los irregulares, internan a los que no han pasado nunca por un Centro de Internamiento para Extranjeros y el Ministerio del Interior tramita su devolución.
Hace un mes, una plataforma de 19 asociaciones de extranjeros colgó en el blog Por la defensa de los inmigrantes dos vídeos de redadas de la Policía Nacional en el centro de Madrid. La mayoría de las imágenes se grabaron en el distrito de Embajadores, el más poblado de foráneos en el centro de la capital, con un 32,7% de extranjeros. Allí, varias asociaciones han denunciado en los últimos meses el aumento de la presión policial y las redadas. En los vídeos se observa la detención de numerosas personas, aunque no se aprecian malos tratos.
William, médico colombiano de 48 años de edad, participó en la difusión de los vídeos desde las Islas Balares. «Es una lástima que hayan cerrado el blog a los pocos días porque es muy importante que nos apoyemos entre nosotros y vigilemos lo que ocurre. Por suerte, pueden verse aún en YouTube y en los diarios digitales», afirma. «Los que vivimos en una clase media alta tenemos que ayudar a los que menos tienen. También hemos pasado por eso».
Los vendedores del top manta (prácticamente todos están en situación irregular) se manifestaron hace dos semanas en Tarrasa y Madrid, bajo el lema Trae tu manta y ponla con la nuestra. Los manteros pidieron la despenalización de su trabajo, que supone condenas de entre seis meses y dos años de prisión, además de multas de entre 12 y 24 meses, según el artículo 270 del Código Penal. En la actualidad hay cerca de 60 en prisión por este motivo.
Paro y vulnerabilidad
La inmigración es uno de los sectores más vulnerables, con un paro del 21,3%, frente al 13,9% de los españoles en edad de trabajar, según la última Encuesta de Población Activa del IV trimestre de 2008. Los sin papeles se ven todavía más afectados, pero, al no estar registrados en ningún censo, se desconoce su índice de paro. Muchos han encontrado refugio en los albergues de beneficencia (saturados desde el verano) o en las redes de autoayuda que se han creado.
En los últimos años ha habido varios intentos de movilización en ciudades europeas. Pero el principal referente son las marchas que, en la primavera de 2006, recorrieron las principales ciudades de Estados Unidos, donde viven 12 millones de sin papeles.
En España, la huelga de inmigrantes se ha planteado, sin éxito, dos veces en el último año. En mayo de 2008, la convocó el minoritario Sindicato Obrero Inmigrante y, el pasado viernes, varias organizaciones llamaron, a través de Facebook, a Un día sin inmigrantes en Europa, coincidiendo con la víspera del día contra el Racismo. La iniciativa quedó en un acto simbólico en el que se repartieron 15.000 brazaletes con el lema Todos somos inmigrantes, ponte el brazalete.
En Francia, en abril del año pasado, cientos de inmigrantes de la región de París iniciaron una huelga para reclamar documentación legal con el argumento de que tenían contratos, cotizaban a la Seguridad Social y pagaban impuestos.