(PD).- El presidente de Paraguay, Fernando Lugo, ha reconocido este lunes en un comunicado público la paternidad de un niño de dos años, cuya madre había presentado una reclamación judicial. Lugo, que fue obispo del empobrecido departamento de San Pedro, renunció a los hábitos en 2006 para dedicarse a la política, aunque el Vaticano no aceptó que dejara su condición de obispo y su «reducción al estado laical» hasta 2008, en una decisión sin precedentes en la organización eclesial.
«Es cierto que tuve una relación con Viviana Castillo (la madre del niño) y asumo todas las responsabilidades que pudieran derivarse de tal hecho, reconociendo la paternidad del niño», afirmó Lugo ante las cámaras de televisión de su país.
El niño, Guillermo Armindo, vive con su madre, una mujer de 26 años de edad, que afirma conocer a Lugo desde que tenía 16 y haber sido seducida «por las bellas palabras del obispo».
Viviana, que desmintió en su momento haber presentado una demanda judicial, mantiene según declaraciones de sus allegados, recogidas por medios locales, que Lugo le prometió «colgar los hábitos» y casarse con ella. El obispo, de 57 años, colgó efectivamente los hábitos, pero no se casó con Viaviana.