«Los emigrantes rumanos no volverán porque viven mejor cobrando el paro en España que trabajando en Rumanía»

(PD).- Los gobiernos de España y Rumanía han constatado que los ciudadanos rumanos resisten numantinamente en nuestro país. No hay crisis, ni paro, ni deudas aquí, ni prometedoras ofertas de trabajo allí que les convenzan de regresar a casa.

Lo admitía este lunes el ministro español de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho –«la comunidad rumana se está moviendo poco»–, y lo corroboraba, a su pesar, su homólogo Marian Sarbu, reconociendo así que todos sus esfuerzos por atraer a sus compatriotas han sido en vano:

«La mayoría de los rumanos que están en España no ha expresado de una manera formal su deseo de regresar, probablemente porque están beneficiándose de las prestaciones por desempleo mucho más consistentes que hay en España».

Dicen que viajar instruye, y si no que se lo digan al ministro de Trabajo. Corbacho ha tenido que viajar a Bucarest para constatar por qué su plan para que los desempleados rumanos que residen en España regresen a su país fracasa estrepitosamente.

Primero se lo explicó su homólogo rumano: uno vuelve «si las condiciones para ti y tu familia son mejores que las del lugar de donde vas a salir». Pero sin duda el momento en el que Corbacho se enfrentó a la cruda realidad fue cuando vio la cara de fascinación de los periodistas al escuchar que en España se cobran 850 euros al mes de subsidio.

No es para menos, pues en Rumanía, mientras se extiende el nivel de precios europeo, el salario mínimo es de 137 euros, seis veces menos. La conclusión es que sólo los 30.000 rumanos que viven aquí sin empleo ni subsidio estarían dispuestos a regresar.

LOS PLANES DEL MINISTERIO

El Ministerio de Trabajo español está diseñando una «ayuda económica» para fomentar el regreso a su país de unos 30.000 rumanos desempleados que ya han agotado el seguro de paro. El ministro Celestino Corbacho fue este lunes claro: «ahora no hay sitio» para más extranjeros en España.

Lo dijo en Rumanía a dónde viajó para firmar un convenio con el Gobierno de dicho país en materia laboral, cuyo objetivo es que los servicios públicos de empleo rumanos faciliten la vuelta de sus ciudadanos que residen en España, ofreciéndoles puestos de trabajo en su país. Ahora, los rumanos «lo tienen complicado» en España, aseguró Corbacho.

El colectivo de trabajadores rumanos (253.000 cotizantes a la Seguridad Social) está siendo uno de los más afectados por el desempleo.

De hecho, el número de parados procedentes de este país rondaba los 30.000 a finales de diciembre de 2008 y se ha incrementado hasta más de 71.000 en marzo pasado. Esto supone un fuerte incremento del paro del 136%. Es más, la situación se agrava si se tiene en cuenta el numeroso grupo de familiares rumanos residentes en España sin trabajar (465.000).

Ante este panorama, Corbacho anunció ayer que su departamento «encargará un informe jurídico que estudiará la posibilidad de establecer ayudas de acompañamiento en el viaje de retorno de los rumanos que hayan agotado la prestación por desempleo».

En concreto, en España hay alrededor de 30.500 rumanos en esta situación y otros 40.600 que están en paro y Cobran prestación pero que la agotarán en los próximos meses.

Fuentes de Trabajo explicaron que el motivo de crear esta ayuda para el retorno de los rumanos es que en la actualidad este grupo no puede acogerse al programa de retorno voluntario para extranjeros del Ministerio de Trabajo.

Por otra parte, Corbacho anunció que, en la reforma que prepara el Gobierno de la ley de Extranjería se recogerán algunas recomendaciones del Consejo del Poder Judicial. En concreto se «matizará» el artículo que tipifica como falta grave (con multa de hasta 10.000 euros) el mantener económicamente a un inmigrante irregular, para impedir sanciones a las ONG. No se modificarán, sin embargo, los límites al reagrupamiento familiar de los mayores de 65 años.

Poco éxito del programa de retorno

El plan de retorno voluntario de los inmigrantes que se quedan en paro a sus países, que puso en marcha el ministerio de Trabajo a finales de año pasado no está teniendo el éxito esperado.

Dicho plan consiste en permitir al inmigrante que quiera retornar cobrar en dos veces la prestación por desempleo a la que tiene derecho (el 40% antes de salir de España y el 60% restante en su país). Quedan excluidos de este plan los ciudadanos de la Unión Europea y Suiza.

Los datos son incontestables. Desde diciembre pasado, cuando empezó a operar dicho programa, el número de parados extranjeros extracomunitarios ha pasado de 268.906 a 335.359 en marzo. En todo este tiempo, sólo se han acogido al programa 4.600 extranjeros hasta mediados de abril, según los datos que facilita el Ministerio de Trabajo.

La diferencia de este programa con el que plantea ahora Corbacho para los rumanos es que mientras el plan de retorno voluntario se financia con el dinero del propio inmigrante, la ayuda que estudia Trabajo sería adicional, una vez que el trabajador rumano ha agotado su seguro de paro.

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