«Cualquier voluntario que pueda hacer sonreír a un niño sirve», dijo hoy Juan Manuel Cabrera, secretario de la Asociación Guanchera de Amigos de los Pueblos e impulsor del Proyecto Sonrisas 2010, que permitirá que varias decenas de voluntarios canarios atiendan a niños huérfanos de la ciudad peruana de Huánuco.
Cabrera adoptó a su hijo en esa ciudad peruana y al darse cuenta del posible destino que hubiera podido tener ese niño decidió promover acciones para atender a los muchos menores en estado de extremo riesgo que hay en esa zona de Perú, que fue muy castigada por la guerrilla y por el narcotráfico.
Tras exponerle hoy sus proyectos a Antonio Castro, presidente del Parlamento de Canarias, José Manuel Cabrera explicó que entre el 22 de enero y el 13 de febrero de 2010 al menos treinta voluntarios viajarán a Huánuco para poner en marcha talleres y actividades formativas y lúdicas para los niños, pero el cupo está abierto para todos los que quieran sumarse.
Los voluntarios costean sus propios gastos, unos 1.300 euros, y cada uno es responsable de obtener su propia financiación para actuar en esa zona de Perú, que «es otro mundo», hay muchos niños «en riesgo de abandono total».
En 2008, la Asociación Guanchera de Amigos de los Pueblos ya desarrolló un proyecto similar en Huánuco y los positivos efectos que tuvo en los niños les ha llevado a repetir la experiencia en 2010.
Los voluntarios impartirán cursos formativos para el reciclaje de los cuidadores de los hogares y la intervención se extenderá a centros de acogida de ancianos.
Las actividades incluyen talleres lúdicos para los más pequeños y charlas sobre sexualidad y drogodependencias en una zona donde las violaciones son comunes.
Profesionales en psicología, derecho, enfermería, pedagogía y trabajo social están entre los voluntarios, pero no se exige ninguna formación, porque cualquiera que pueda hacer sonreír a un niño sirve.
