«Ningún ciudadano de Estados Unidos debería verse frente a esta decisión», afirma el otrora alcalde de Texas, J.W. Lown, quien debió renunciar a su cargo y abandonar los Estados Unidos para convivir con su pareja, un mexicano indocumentado, en tierras aztecas, según destaca el diario Miami Herald.
Lown, un republicano de 32 años, se enamoró de un inmigrante ilegal, por el cual decidió dejar su trabajo y viajar hacia México el mismo día que debía prestar juramento por cuarto periodo consecutivo. «Dejé un hogar. Dejé una hacienda. Dejé una carrera política prometedora», añadió.
El ex alcalde no solo tomó por sorpresa a toda la comunidad sino que ejemplificó el dilema que afrontan miles de estadounidenses relacionados con indocumentados, quienes deben elegir entre separarse o irse del país, pues no pueden contraer matrimonio y dar la residencia a sus parejas, como hacen las parejas heterosexuales.
Los proyectos de ley en el Congreso estadounidense para que los gays también tengan esta facultad aún enfrentan una dura oposición, debido no solo a su orientación sexual sino también al problema de la inmigración en Estados Unidos.