Increíble pero cierto: las penurias económicas están llevando a inmigrantes de la provincia a tomar medidas desesperadas -según publica la verdad.es- como la de acudir por iniciativa propia a las dependencias del Cuerpo Nacional de Policía para rogar que les expulsen del país. Lo hacen porque carecen del dinero necesario para regresar a casa y, lo más chocante, a pesar de que tienen todos sus papeles en regla, según han detectado trabajadores de colectivos de asistencia a extranjeros.
Los primeros casos se han dado en Elda, donde la Comisaría se ha convertido en un servicio más de orientación, aunque sus profesionales suelen remitir a los interesados a organizaciones no gubernamentales (ONG), como Cruz Roja y Cáritas. Fuentes policiales reconocen que la Brigada de Extranjería está atendiendo este tipo de demandas, que provienen de gente que carece de medios materiales y busca un pasaje hacia su estado de origen.
La Comisaría eldense tramita una media de tres expulsiones de inmigrantes al mes, por orden de la Subdelegación del Gobierno. La salida obligada de España puede ser por un periodo de tres a diez años.
La crisis económica está provocando el retorno de un elevado número de inmigrantes desde Elda y el resto de la comarca. Más de 200 trabajadores extranjeros que llevan años viviendo en Elda, Petrer, Monóvar y Sax se han visto obligados a hacer las maletas, después de meses en paro.
La falta de trabajo está afectando en gran medida a los inmigrantes, según informa Martha Celia, la técnico del servicio de asesoramiento que la Mancomunidad del Valle del Vinalopó y el sindicato Comisiones Obreras tienen a disposición de los inmigrantes en los cuatro ayuntamientos. «Muchos tienen que regresar, con el agravante de dejar pisos con hipotecas en España, deudas a las que hay que sumar las que ya tenían contraídas en sus países de origen», expone.
Bien lo sabe Martha Celia, ya que una gran parte de las consultas de los foráneos hace referencia a procesos de expulsión y retornos voluntarios. «Pero no todos pueden volver», subraya Celia. «Hay países que no aceptan el retorno voluntario, y lo aceptan siempre y cuando esas personas tengan la documentación en regla, hay quien carece de pasaporte y no puede regresar», reflexiona.
Sin medios para un billete
Otros tiene sus papeles en orden, pero no disponen de dinero para comprar los pasajes de vuelta. En este caso hay quien acude directamente a la Policía Nacional para ser expulsado: «Se están presentando en la Comisaría diciendo que, por favor, les den las cartas de expulsión, que, por favor, los expulsen porque no tienen dinero para comprar el pasaje».
Este servicio de asesoramiento gratuito para los inmigrantes ha atendido 815 consultas entre enero y mayo de este año en estos cuatro municipios. Se trata de un recurso de atención personalizada, de apoyo jurídico, tanto que se informa de los aspectos legales en materia de extranjería, los trámites a seguir y los procedimientos que con carácter general están establecidos.
En Elda, Petrer, Monóvar y Sax viven más 4.000 inmigrantes, la mayoría colombianos, seguidos de ecuatorianos y bolivianos, aunque a este servicio han acudido personas de otros países suramericanos, como Chile, Brasil, Cuba, Guatemala, Venezuela, Argentina, Paraguay y El Salvador; de Europa del Este, como Ucrania, Bulgaria o Rumanía, y de otras procedencias, como de Argelia, Marruecos, Rusia, Pakistán, India, China o Reino Unido.