Néstor Kirchner pierde en Buenos Aires y el peronismo se queda sin mayoría absoluta en el Congreso

Néstor Kirchner pierde en Buenos Aires y el peronismo se queda sin mayoría absoluta en el Congreso

(PD).- Con tono cansino y las marcas en la cara del duro golpe que sufrió en las urnas, el ex presidente Néstor Kirchner reconoció esta madrugada su derrota en Buenos Aires -donde vota el 38% de los argentinos- frente al candidato de Unión PRO, Francisco De Narváez. (INFOGRAFÍA: CLARÍN)

«Hemos perdido por muy poquito» en Buenos Aires, admitió el ex presidente en el búnker del Frente Justicialista para la Victoria, en donde primaban las caras largas y durante todo el día se notó la ausencia de dirigentes de peso.

Los Kirchner han perdido estas legislativas en los cuatro principales distritos del país, Capital Federal y las provincias de Córdoba, Santa Fe y Mendoza, asi como en Santa Cruz, su feudo personal.

El peronismo oficialista se queda sin mayoría absoluta en el Congreso, por lo que la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, se tendrá que enfrentar en los dos años y medio que le quedan de mandato a un gobierno muy debilitado.

El desagaste del matrimonio Kirchner es evidente. Los resultados han dado una victoria aplastante en la provincia de Mendoza al grupo radical del vicepresidente Julio Cobos, lo que proporciona un nuevo impulso a su posible candidatura presidencial. La victoria de Carlos Reutermann en Santa Fe lanza también a este senador peronista antigubernamental a un primer plano cara a 2011.

La jornada electoral se desarrolló en medio de los temores por la rápida propagación de la gripe porcina y, por primera vez, proliferaron las mascarillas en muchas de las colas. La gripe, y una campaña electoral en la que lo más llamativo ha sido un programa humorístico televisivo (Narváez se presentó a votar acompañado por su «muñecote»), podrían haber dejado a muchos electores en casa, pero en Argentina el voto es obligatorio y se esperaba que la participación fuera la habitual.

«Espero que la epidemia de gripe no sea instrumentalizada políticamente», pidió al pie de las urnas el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, segundo en la lista de Kirchner y potencial candidato a presidente en 2011 que ha quedado «contaminado» por los malos resultados de su jefe de filas.

Las elecciones debían haberse celebrado el 25 de octubre, pero los Kirchner decidieron adelantar la fecha, en un intento por esquivar los efectos de la crisis económica, con la mala suerte de que ha coincidido con la llegada de la epidemia y el desbordamiento del sistema sanitario. Las autoridades estudian incluso la posibilidad de, pasadas las elecciones, declarar la emergencia sanitaria, si no se consigue bajar rápidamente el número de contagios.

Néstor Kirchner insistió a pie de urna en uno de sus grandes argumentos de campaña: las elecciones no son sólo unos comicios para renovar la mitad de Congreso y un tercio del Senado, sino que son un plebiscito sobre la gestión presidencial y la suya propia. «Hay que consolidar la transformación», aseguró. Kirchner, que pese a no tener un cargo público, es percibido por la opinión pública, como «copresidente», junto a su esposa, necesitaba imperiosamente ganar en la provincia de Buenos Aires para mantener el control del justicialismo y controlar el proceso de sucesión en 2011. Una eventual derrota en ese feudo sería el peor de los resultados posibles, el símbolo de una derrota contundente.

Los Kirchner se enfrentaron a una oposición fragmentada. De los cinco principales distritos en cantidad de votantes, sólo aspiraba a vencer en uno, el mayor de ellos, la provincia de Buenos Aires. Los resultados le fueron desfavorables en la Capital Federal, donde el Frente para la Victoria figuraba en cuarto puesto; en Córdoba, en igual posición; en Santa Fe, tercero y en Mendoza, segundo.

En la capital, donde la oposición estaba dividida entre conservadores, radicales y la izquierda, la victoria fue de la conservadora Gabriela Michetti, candidata del alcalde Mauricio Macri, que confiaba en sus buenos resultados para proyectarse como presidenciable dentro de dos años.

El escaño de Elisa Carrió, candidata a diputada del Acuerdo Cívico y Social y dirigente de origen radical, estuvo en el alero hasta el ultimo minuto, al confirmarse el ascenso del independiente de izquierda Fernando «Pino» Solanas, el director de cine, que desplazó a los radicales del segundo puesto en la capital. Los sondeos indicaban que Carrió, finalmente, lograría entrar en el Congreso.

En Santa Fe, la oposición acudió a las elecciones partida entre el peronismo disidente y una alianza de socialistas y radicales. El senador Carlos Reutermann, peronista antigubernamental, logró conservar su plaza, con una meritoria ventaja de siete puntos, lo que le situa como claro candidato presidencial en 2011.

Reutemann pidió ayer que «el Gobierno haga una lectura inteligente de los resultados». El gobernador de Santa Fe, el socialista Hermes Binner, por su parte, necesitaba que su candidato, Ruben Giustiniani, ganara a Reutermann para poder aspirar a la Casa Rosada y su abultada derrota ha sido un duro golpe.

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