Luis A. Balcarce (PD).- Un Chávez sin petróleo. Así definen desde la Fundación Atlas 1853 a Néstor Kirchner, vapuleado en las últimas elecciones legislativas en Argentina. El todopoderoso cacique peronista sufrió una humillante derrota en su propio feudo que podría obligar al peronismo populista a buscar una figura de recambio. Martín Simonetta, director ejecutivo de Atlas 1853, -en referencia al año en se dotó a la actual Argentina de su primera Constitución-, desmenuza la derrota del kirchnerismo.
Dura derrota para los Kirchner. ¿Qué fue lo que castigaron los argentinos en las urnas? ¿De qué están hartos?
Los argentinos castigaron los intentos de omnipotencia del kirchnerismo. Castigaron una forma de hacer política más que una ideología. Si se mira su gobierno en la provincia de Santa cruz se pueden observar las mismas características de personalismo, discrecionalidad, reglas de juego inciertas y sobre todo la existencia de un ingreso público independiente del nivel de actividad de la economía como lo son las regalías petroleras que el 2002 representaban el 50% de los ingresos de la provincia. Néstor Kirchner quiso que la soja tuviera a nivel federal el rol que tenía el petróleo a nivel provincial cuando era gobernador.
Queda un gobierno débil. ¿Qué problemas puede traer eso a futuro?
En Atlas 1853 solemos decir que Kirchner es un Chávez sin petróleo. Afortunadamente los recursos de los hidrocarburos fueron transferidos a las provincias en 1994 y no se concentran a nivel nacional. Si no, el Poder Ejecutivo sería aún más opresivo. La derrota electoral marca tal vez un fin del kirchnerismo que ya se había anticipado con la no aprobación parlamentaria de las megaretenciones (altos impuestos a las exportaciones) durante 2008. Hasta que termine el periodo de mandato de la Administración K todavía falta mucho. Hay más preguntas que respuestas en el horizonte, especialmente las vinculadas con la Gobernabilidad.
¿Cuáles han sido las claves de la victoria del empresario De Narvaez en un feudo populista como la provincia de Buenos Aires?
Las pasadas elecciones demostraron que el kirchnerismo no es imbatible, que se le puede ganar. El mérito de Francisco De Narváez fue haber concretado la mera casi imposible de doblegar a un oficialismo que jugaba «de local». Las claves del éxito pueden encontrarse en lograr posicionar una imagen de oposición a través de un discurso positivo, ganar-ganar, en contraste con el «odio» o visión de suma-cero que derramaban los discursos oficiales.
El sector agropecuario fue duramente castigado por este Gobierno. El país podría llegar a la situación surrealista de importar carne, leche y trigo en los próximos tiempos. ¿Cómo se pudo caer tan bajo en el otrora «granero del mundo»?
Argentina es un país que mató a la gallina de los huevos de oro castigando a los sectores más competitivos de la economía con elevados impuestos a la exportación. Si comparamos el 2008 con el 2002 debemos decir que el gasto público se quintuplicó, lo que se financió con altos impuestos, emisión inflacionaria y confiscación a la población. En la actualidad los ingresos por retenciones (impuestos a las exportaciones) representan un 15% de los ingresos del sector público nacional. Tambiñen hay que decir que mientras la inflación «oficial» ronda el 10% las estimaciones privadas la situan cerca del 30% y recordemos que hacia fines del 2008 el gobierno estatizó los fondos de pensiones privados establecidos en la década del ’90.
¿Hay motivos para pensar en la muerte política del kirchnerismo? ¿Hay un liderazgo de recambio?
En el horizonte post elecciones aparecen más preguntas que respuestas para el kirchnerismo. Afortunadamente la sociedad argentina parece estar harta de la visión de suma cero de las relaciones sociales representada por esta administración amiga de Chávez, Evo y Correa. Los temas a resolver son profundos y diversos. Al Gobierno se lo ve debilitado políticamente y sin intención de ofrecer respuestas.
La Fundación Atlas 1853 es uno de los think tanks referentes del pensamiento liberal en Latinoamérica. ¿Hay espacio para una alternativa liberal en Argentina que derrote al populismo peronista?
Atlas 1853 como think tank vive este momento como un desafío en mostrar el camino de la libertad y el crecimiento económico. En un desafío a largo plazo de alcanzar un cambio profundo en la mente de los líderes de la Argentina y América latina.