(PD).- En la única entrevista que ha concedido desde que asumió la presidencia nicaragüense en 2007, transmitida por la cadena Al Jazeera, Daniel Ortega señaló al periodista inglés David Frost que Nicaragua peleaba «una guerra mediática, de ideas».
Una guerra en la que no ha escatimado esfuerzos. Su Gobierno ejerce un férreo control sobre su imagen pública y los medios de comunicación de su país. Su agenda es secreta, nunca ha dado una rueda de prensa y sus ministros no pueden hablar con periodistas sin la autorización de su esposa y portavoz, Rosario Murillo.
Como explica Verónica Calderón en El País, la manipulación de la información oficial y los reiterados ataques contra sus críticos llegan a extremos «inusuales», según señala un informe del Comité de Protección a Periodistas (CPJ, en inglés). Ortega y sus colaboradores califican a los críticos con su Gobierno de «fascistas», «trabajadores de la CIA» e «hijos de Goebbels».
No se queda en las palabras. El periodista Carlos Fernando Chamorro, ex director del diario sandinista Barricada, difundió en 2007 una investigación en el programa Esta Semana, donde revelaba una extorsión millonaria desde la secretaría del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y la Presidencia.
Chamorro fue después acusado «de narcotráfico, asociación delictuosa y de ofender a sus connacionales». En octubre de 2008, la policía nicaragüense se incautó de los archivos y ordenadores de la fundación que preside, el Centro de Investigaciones de la Comunicación (Cinco), sin presentar ninguna orden oficial.
Unos días después de las polémicas elecciones municipales de noviembre pasado, unos sujetos enmascarados destruyeron las emisoras radiofónicas privadas de León, la segunda ciudad más importante del país. Las oficinas de la periodista Sofía Montenegro, quien reveló los abusos sexuales que el líder sandinista había cometido sobre su hijastra, Zoilamérica Narváez, sufrieron ataques vandálicos el año pasado.
Justo después de que Montenegro difundiera que la legislación sobre el aborto del Gobierno de Ortega no permite el aborto ni siquiera en los casos en los que peligra la vida de la madre.
El informe señala que las acusaciones son repetidas por los medios vinculados al aparato oficial: el canal 4, la radioemisora Nueva Radio Ya y la página web El 19. El investigador de Cinco Eduardo Marenco resume:
«Ortega tiene un déjà vu. 30 años después de la victoria del FSLN, el enemigo es el mismo».