Los narcotraficantes «sacan» al Ejército mexicano de las calles de Ciudad Juárez

De poco ha servido la presencia permanente de más 2.500 soldados, agentes federales y elementos de la Marina en las calles de Ciudad Juárez (más del doble en todo el Estado de Chihuahua). Ayer. ante la falta de resultados y el acoso del narcotráfico, el Gobierno mexicano ordenaba la puesta en marcha de una nueva estrategia de seguridad en esa localidad fronteriza, que liberará a los uniformados de patrullar a diario por las calles del municipio y concentrará sus esfuerzos en tareas de inteligencia.

Quince cadáveres han aparecido abandonados en una carretera del Estado mexicano de Michoacán, en el oeste del país, a la altura del kilómetro 187 de la autopista Siglo XXI. Los cuerpos muestran signos de tortura, informa el diario El Universal, y según fuentes periodísticas estaban apilados, con las manos atadas a la espalda y con un tiro de gracia en la nuca, aunque las autoridades no han confirmado estos extremos.

Decenas de unidades del Grupo de Operaciones Especiales del Gobierno estatal y agentes judiciales se han desplegado en la zona para intentar hallar pistas e identificar a las víctimas. Pocos días antes, el pasado 9 de julio, en ese mismo lugar aparecieron también torturados los cuerpos de otras cuatro personas acompañados de dos mensajes de grupos de narcoterroristas: «Sigues tú Rufo» y «Somos la rebelión mata Zetas».

No se ha confirmado si se ha encontrado algún mensaje cerca de estos últimos 15 cadáveres encontrados en ese lugar. Tampoco se sabe si este nuevo hallazgo tiene alguna relación con la reciente captura de un capo de La Familia, el principal cartel que opera en Michoacán y que está en violenta pugna con los sicarios de Los Zetas, brazo armado del cartel de El Golfo. La detención fue respondida por sicarios con varios ataques durante el sábado y domingo a centros policiales.

Oleada de violencia en Veracruz

Mientras, Veracruz sufría este lunes (madrugada del martes en España) una oleada de violencia que comenzó con un intercambio de tiros y granadas entre presuntos sicarios y policías federales en el centro histórico de la ciudad. Dos de los sicarios murieron calcinados, otro resultó herido y tres agentes también fueron heridos.

Los sicarios atacaron a los federales desde una camioneta blindada. Los agentes repelieron la agresión e iniciaron una persecución. Los dos fallecidos murieron casi en el acto al estallarles una de las granadas en el vehículo en el que huían, que se incendió. Otros cuatro automóviles fueron consumidos por el fuego al ser alcanzados por las granadas que lanzaron los atacantes.

Horas después la misma ciudad vivió un nuevo atentado en el hotel Sol del Pacífico, que sirve de cuartel general a miembros de la policía federal, que dejó al menos dos oficiales heridos. Varios individuos lanzaron granadas de fragmentación y disparos con rifles de alto poder contra el establecimiento ubicado.

En Veracruz opera el cartel de El Golfo, aunque las autoridades locales han asegurado que la violencia desatada en los últimos meses se debe a una disputa por la zona con el cartel de La Familia.

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