El depuesto presidente de Honduras, Manuel Zelaya, ha anunciado su próximo regreso a Honduras tras haber aceptado la propuesta del presidente de Costa Rica, Óscar Arias, para solucionar la grave crisis institucional que atraviesa el país centroamericano.
La hoja de ruta trazada por Arias establece la formación de un Gobierno de concentración nacional encabezado precisamente por Zelaya hasta 2010, cuando se cumple el mandato para el que fue elegido en las urnas.
«Estamos de acuerdo, pero siempre y cuando todos los poderes del Estado estén integrados en el nuevo Gobierno», ha dicho Zelaya en declaraciones a Radio Globo, añadiendo que su regreso a Honduras es cuestión de horas y podría ser mañana mismo, lo que supone un claro desafío a las advertencias del Gobierno interino encabezado por Micheletti de detenerlo y enviarlo a la cárcel en cuanto pise suelo hondureño.
Las dos partes reanudan hoy domingo las negociaciones con la mediación del presidente costarricense Oscar Arias. Durante las conversaciones de ayer, que se prolongaron por más de diez horas, Arias expuso la restitución en el poder del presidente depuesto, Manuel Zelaya, precisamente el tema más polémico de la discusión.
La respuesta de la delegación enviado por Micheletti fue pedir más tiempo para realizar consultas a Teguciglpa, aunque poco después se rechazaban la posibilidad del retorno de Zelaya.
Por su parte, la ex ministra de Energía de Zelaya, Rixi Moncada, destacó que esta delegación aceptó en un principio la propuesta de Arias, resaltando que ésta incluye el regreso de Zelaya al poder a partir del próximo 24 de julio.
Sin embargo, Carlos López, actual canciller hondureño y líder del grupo que representa a Micheletti, fue enfático en que aún no se ha llegado a ningún acuerdo definitivo y que es necesario «un examen profundo» para analizar la legalidad de las medidas sugeridas por el mediador.
Los otros seis puntos de la propuesta formulada por Arias incluyen «la conformación de un gobierno de unidad y reconciliación nacional compuesto por representantes de los principales partidos políticos». También una amnistía general para los delitos políticos y la «renuncia expresa» de Zelaya a realizar cualquier consulta popular no autorizada por la Constitución de su país, desencadenante del golpe de Estado,
La siguiente condición planteada es el adelanto de las elecciones del 29 de noviembre al último domingo de octubre y el consiguiente adelanto de la campaña electoral. Además, las Fuerzas Armadas deben ser trasladas al Tribunal Supremo Electoral para garantizar la transparencia de las elecciones nacionales.
El cumplimiento de estos acuerdos estaría garantizado por representantes de la comunidad internacional y de la Organización de los Estados Americanos (OEA). «Estos son los siete acuerdos que piden más de 7 millones de hondureños.
Si se llegan a alcanzar, mi Gobierno se compromete a emplear todas las vías diplomáticas para gestionar el retorno inmediato de Honduras a la OEA y el levantamiento de las sanciones impuestas por gobiernos y organismos internacionales», explica Arias en un comunicado recogido por el diario hondureño El Heraldo.