Apenas cinco meses después de descubrirse en Vigo una trama liderada por un falso abogado de una ONG que habría estafado a inmigrantes senegaleses a cambio de unos permisos de residencia y de trabajo que en la mayoría de los casos nunca llegaron a tener, la investigación judicial ha desvelado que el número de víctimas de esta presunta red es mucho mayor de lo que inicialmente se sospechaba y en la actualidad se situaría en las 150. Una cifra que podría seguir creciendo.
«Aún se está recabando datos de gente posiblemente afectada», concretaron fuentes cercanas a un caso en el que se acaba de producir una importante novedad: la puesta en libertad del falso letrado al que se le atribuye el papel de supuesto cabecilla, J.F.S.P., que permanecía en A Lama desde su detención en febrero.
La operación llevada a cabo por la Policía Nacional se saldó con seis detenidos, entre ellos el hombre que acaba de conseguir la libertad a la espera de que sea el juicio. Una vista oral que presumiblemente no se celebrará a corto plazo, ya que la investigación que lleva a cabo el Juzgado de Instrucción número 5 de Vigo está siendo muy compleja debido al gran número de afectados. La mayoría de las presuntas víctimas son de Senegal, aunque en los registros también se encontró documentación de ciudadanos de origen oriental y de al menos un mauritano.
Mientras continúa la toma de declaraciones a las supuestas víctimas –»aún no sabemos el alcance de la trama, ya que a día de hoy todavía siguen apareciendo personas supuestamente afectadas», afirman fuentes conocedoras del caso–, la pasada semana la magistrada decretaba la libertad provisional del supuesto cabecilla, que llevaba menos de cinco meses en prisión –se desconoce si se solicitó fianza–.
Dramas familiares
En las maratonianas tomas de declaraciones los presuntos estafados reconocieron haber desembolsado una media de 6.000 euros por el permiso de residencia y un empleo. Muchos llegaron a venirse para España, pero otros, pese a haber pagado parte del dinero, ni salieron de Senegal. Entre estas personas se han vivido verdaderos dramas familiares ya que, en las investigaciones se ha sabido que la desesperación hizo a muchos vender sus casas en Senegal –e incluso propiedades de otros familiares– para conseguir el dinero que les exigía la red.