El matrimonio presidencial argentino es cada vez más rico. Desde mayo de 2003 hasta diciembre de 2008 -periodo completo del mandato de Néstor Kirchner y el primer año de gobierno de su sucesora y esposa, Cristina Fernández-, la pareja casi ha multiplicado por siete su patrimonio, un incremento muy por encima de la inflación del 58,7% calculada por el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) para el periodo.
El pasado lunes, una semana después de conocerse la declaración patrimonial de la presidenta, su jefe de gabinete, Aníbal Fernández, trató de justificar lo injustificable:
«Nadie que ejerza el poder está impedido de tener un patrimonio propio y que éste tenga vida, lo que es la esencia del capitalismo».
Argentina no es Honduras o Venezuela. No se trata sólo de un país capaz de ganar campeonatos mundiales de fútbol, sobresalir en Fórmula-1, triunfar en tenis y producir escritores, artistas y cineastas geniales.
Tiene premios Nobel (Paz, Medicina y Química). La inmensa mayoría de sus 37 millones de habitantes es de origen europeo. Cuenta con la tierra más feraz del planeta, petróleo y mares ricos en pescado. ¿Cómo es posible entonces que la tercera parte de su población viva en la pobreza?
Buscando algo de luz, he releído «El enigma argentino descifrado para españoles», que publicó hace ya tiempo Horacio Vázquez-Rial y cuanto más se, más me indigno. ¿Quién puede explicar que una nación exportadora de alimentos, albergue a 4 millones de hambrientos?
La cifra, del Instituto para el Desarrollo Social, la hizo pública Jorge Casaretto, obispo de San Isidro.
Y sobre ese sonrojante telón de fondo, se perfila el matrimonio Kirchner que triplica al año su patrimonio, especula con terrenos y hace negocios ilícitos, a la sombra de los cuales prosperan amiguetes de la peor ralea.
Todo ello, insultando a los inversores españoles, chantajeando a Repsol y dando abrazos a Chávez.
¡Vaya tropa!
CRONOLOGÍA DE UN LATROCINIO
En mayo de 2003, el matrimonio de abogados (él, ex gobernador de la provincia sureña de Santa Cruz y ella, entonces senadora) contaban con activos por 6,8 millones de pesos (1,2 millones de euros, según la cotización actual), compuestos sobre todo por depósitos bancarios y 23 inmuebles, la mayoría en alquiler en Río Gallegos, capital santacruceña. En diciembre de 2007, cuando Cristina Fernández arribó al poder, la pareja peronista acumulaba un patrimonio 3,2 millones de euros, un 160,1% más que en el inicio de la Administración Kirchner.
Este incremento se explica fundamentalmente por la compra de más inmuebles, su rehabilitación, la revaloración de propiedades antiguas y las inversiones financieras, según un informe de la diputada opositora Patricia Bullrich, del Acuerdo Cívico y Social (ACYS).
Apenas un año después, en diciembre de 2008, el patrimonio se elevó a 8,5 millones de euros, lo que supone un salto del 158,2% en sólo un año y del 571% respecto de mayo de 2003. Lo lograron con compraventas de inmuebles, el alquiler de nuevas propiedades más caras y una rentabilidad de sus depósitos muy por encima de los del mercado (12% anual en dólares, en lugar del 2,5% de media del sistema bancario argentino). La fortuna actual de los Kirchner está compuesta principalmente por depósitos (5,9 millones de euros), cuatro empresas (3,3 millones) y 28 propiedades (2,6 millones). Además, acumula deudas por 3,5 millones, casi la mitad con el Banco de Santa Cruz, de la familia Eskenazi, la que compró el 15% de YPF a Repsol.
Dos de las compañías de los Kirchner son hoteles, una es una inmobiliaria y otra, una consultoría que fundaron el año pasado con su hijo mayor, Máximo, para asesoramiento en «economía, finanzas, derecho, ciencias sociales, educación, administración y otras disciplinas», según su acta constitutiva. La diputada Bullrich ha pedido a la Oficina Anticorrupción que investigue la presunta incompatibilidad del cargo de presidenta con el de miembro de la consultoría.
El enriquecimiento de los Kirchner no hubiera sido posible sin la ayuda de Néstor Méndez, ex alcalde de El Calafate, la localidad turística de moda de Santa Cruz que está próxima al glaciar Perito Moreno.