Sigue con su «circo», cuyas actuaciones retransmite en directo la televisión de Hugo Chávez y cada día se desprestigia más. En lugar de emprender su cacareado regreso a Honduras, el depuesto Manuel Zelaya se limita a esperar y montar bulla con un puñado de seguidores en la frontera de Nicaragua.
Después del rídículo escenificado el viernes —cuando dio unos pasos más allá de la frontera para luego volver a Nicaragua—, este sábado ha retornado a la zona fronteriza, pero sin hacer amago de cruzar. Esta vez, ha dicho, acampará en el paso de Las Manos hasta que lleguen sus partidarios.
Precisamente, este sábado ha aparecido muerto uno de sus seguidores, según varias personas con signos de tortura.
Tras pasar la noche en la localidad nicaragüense de Ocotal, el derrocado gobernante, que está acompañado por el canciller venezolano, Nicolás Maduro, sus más cercanos colaboradores y decenas de seguidores, llegó al puesto fronterizo ataviado con una camisa blanca, su acostumbrado sombrero vaquero y megáfono en mano.
«Hoy vamos a poner aquí campamentos con agua y comida y aquí vamos a estar hoy [por este sábado] en la tarde, hoy en la noche, mañana [por este domingo] en la mañana acompañando a los amigos que vienen», dijo Zelaya a simpatizantes que gritaban consignas contra el Gobierno interino que asumió tras el golpe de Estado. El mandatario no aclaró si él también dormirá en el campamento o si sólo lo harán sus simpatizantes.
«Fuera (Roberto) Micheletti, fuera Micheletti», gritaba un eufórico Zelaya a través del megáfono, mientras era coreado por sus seguidores.
Estos, por su parte, gritaban consignas como: «El pueblo unido jamás será vencido»; «Zelaya aguanta, que el pueblo se levanta»; «Micheletti cabrón, te tenemos el cajón (ataúd)»; y «Mel, amigo, el pueblo está contigo».
Zelaya anunció que montará el campamento con sus simpatizantes para esperar a que su esposa, su madre y sus hijos logren pasar hacia Nicaragua junto con más partidarios que exigen sea restituido.
Su esposa, así como otros miembros de su familia, se encuentran en territorio hondureño pero, como sucede con otros seguidores, el Gobierno de facto continúa bloqueando el paso de los simpatizantes que quieren ir a su encuentro.
El depuesto presidente denunció que los militares de su país mantienen retenida a su esposa, Xiomara Castro de Zelaya, y a su familia en el departamento de El Paraíso, limítrofe con Nicaragua. «Allí está detenida mi familia, que no la dejan pasar, en El Paraíso. Hay que rogarle a Dios. Allí está mi madre, mi esposa y mis hijos, mujeres valientes, enfrentando las bayonetas», dijo Zelaya a través de un megáfono para hacerse oír ante sus seguidores.
Respuesta del gobierno interino
Por su parte, el máximo jefe militar de Honduras, el general Romeo Vásquez Velásquez, ha dicho que ha ofrecido trasladar vía aérea a la familia del presidente Zelaya a Nicaragua para que se reúnan con él. Vásquez Velásquez indicó que Xiomara Castro se comunicó con él para que le autorizara el paso, pero el militar le indicó que existe mucho peligro en la zona y por ello le ofreció la vía aérea.
La llegada de Zelaya a la frontera provocó que el nuevo Gobierno de Honduras ampliara el toque de queda en la zona fronteriza desde las 18.00 hasta las 6.00 de mañana, hora local (de 02.00 a 14.00, hora peninsular).
Muchos seguidores de Zelaya han sorteado obstáculos para poder llegar a Las Manos, en cuya carretera de acceso, a unos 12 kilómetros, un retén policial y militar los contuvo el viernes. Las fuerzas de seguridad tienen orden de detener a Zelaya si cruza la frontera. Así lo han reiterado este sábado las autoridades hondureñas.
«Estamos listos para ejecutar la orden de captura» contra Zelaya, afirmó el ministro de Seguridad por ley, Mario Perdomo, quien desempeña el cargo en ausencia del titular, Jorge Rodas. Además, Perdomo aseguró que Zelaya no llegó a entrar a Honduras: «Él no ingresó nunca, él dio un paso en la línea fronteriza y no llegó siquiera a la zona muerta».
«Estamos apreciando la situación y listos para hacer vigente la captura», indicó Perdomo a la prensa.