Fotografías de inmigrantes captadas en las costas canarias y africanas se muestran en Galicia en una exposición submarina, a unos tres metros bajo el mar, como forma de recordar que miles de personas fallecen en su intento de llegar a Europa, afirma el autor de la iniciativa, Gabriel Tizón.
El fotógrafo, que fue colaborador de la Agencia Efe en el verano de 2006, cuando captó imágenes de inmigrantes que arribaban a las costas canarias desde Arguineguín, al sur de Gran Canaria, afirma que la idea de hacer una exposición submarina fue «algo intuitivo» e incluso al propio autor le impresionaron las fotos ya instaladas bajo el mar.
La exposición se llama «Soños Afundidos» y ha sido organizada por la Asociación Cultural Columba en el porto da Cova, en el pueblo natal del fotógrafo, donde «el mar siempre está presente», un enclave del Ferrol (A Coruña) que mostrará las imágenes hasta el 1 de agosto.
Según relata a Efe Gabriel Tizón, que actualmente ejerce su labor profesional en el diario «El País», las imágenes fueron captadas en Canarias, cuando «la oleada» de pateras y cayucos de 2006, y también en los lugares de origen de los inmigrantes, en las costas de Senegal, Mauritania y Guinea Bisseau.
Al fotógrafo le encantaría llevar esta muestra submarina a Canarias, un pueblo que al igual que el gallego, fue tierra de emigrantes y ahora, paradójicamente, España «pone vallas» en Ceuta y controla la frontera entre Senegal y Mauritania.
La exposición refleja la injusticia que acontece en las costas españolas y muestra, en fotografías de un metro, primeros planos de rostros de inmigrantes -que «impresionan muchísimo bajo el mar»- o una imagen de la mano de un niño que nada en Guinea Bissau, «un guiño en el que dice: aquí estamos».
«Se trata de un granito de arena en el desierto, una forma de decir «esto continúa» y recordar que la inmigración se mantiene en condiciones terribles dentro de África, América y la propia Europa», apunta Tizón.
De hecho, un inmigrante que vive en Galicia le comentó, tras ver la exposición, que lo pasó mal al ver las imágenes, y entonces el fotógrafo pensó «ese es el camino, porque nadie mejor que ellos, que lo han vivido, pueden decirlo».
Con su trabajo fotográfico Gabriel Tizón quiere lanzar «una protesta» contra lo que los gobiernos llaman inmigración ilegal, pues lo que le viene a la cabeza es «el derecho a soñar» frente a la decisión de «levantar muros de una sola cara».
«Nunca le diré a nadie: no cojas ese cayuco, porque la desesperación es muy grande», reconoce el fotógrafo, que sí es partidario de informar sobre los riesgos de la inmigración clandestina en África pero también en Europa, con «un toque de atención a la gente que manda».
Al final los europeos se están acostumbrando a ver imágenes de cayucos con muertos y embarazadas y «siguen comiendo», señala Tizón, quien recuerda que ayer se cumplieron diez años del primer naufragio mortal de inmigrantes en las costas canarias.