La inseguridad ha llevado a la suspensión del trabajo humanitario en el país, evidenciando la gravedad de la situación

Claves para comprender la profunda crisis en Haití

Haití sigue envuelto en una espiral de violencia luego de que pandilleros fuertemente armados facilitaran una fuga masiva de reclusos y exigieran la renuncia del primer ministro del país, Ariel Henry.

Claves para comprender la profunda crisis en Haití

El gobierno informó que durante el fin de semana, dos prisiones en Puerto Príncipe y Croix des Bouquets fueron tomadas. En respuesta, se instauró un toque de queda nocturno desde el domingo a las 20:00 hora local.

Según Serge Dalexis del Comité Internacional de Rescate, muchas comisarías policiales estaban bajo control de pandillas desde el viernes, distrayendo a las autoridades y facilitando el asalto a las prisiones. Expertos como Diego Da Rin señalan que la crisis se ha agravado porque pandillas antes rivales han unido fuerzas.

Las escuelas y negocios en la capital permanecían cerrados este martes, con reportes de saqueos en algunos barrios. A pesar de las palabras del líder pandillero Jimmy Chérizier tranquilizando a la población, la situación seguía siendo alarmante.

El intento de pandilleros de tomar el control del Aeropuerto Internacional Toussaint Louverture llevó a la cancelación de todos los vuelos. La violencia ha obligado a unas 15.000 personas a abandonar sus hogares desde el fin de semana.

El vacío de poder en Haití se remonta al asesinato del presidente Moïse en julio de 2021, permitiendo que las pandillas expandan su control. La falta de elecciones desde 2019 y la impopularidad del primer ministro Ariel Henry han exacerbado la situación.

La posible intervención policial multinacional, acordada durante el viaje de Henry a Kenia, ha generado controversia. Algunos la ven como una oportunidad para abordar la crisis humanitaria, mientras que otros la rechazan como una pérdida de tiempo y dinero.

El paradero de Henry se mantuvo en secreto hasta su llegada a Puerto Rico. La falta de seguridad se evidenció con el asalto a las prisiones, donde pandilleros liberaron a miles de reclusos, demostrando su superioridad sobre las fuerzas estatales.

Con solo nueve mil agentes de policía para una población de 11,5 millones, las fuerzas de seguridad haitianas están abrumadas por las cerca de 200 pandillas presentes en el país, según estimaciones de la ONU.

La inseguridad ha llevado a la suspensión del trabajo humanitario en el país, evidenciando la gravedad de la situación.

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