Según informó el canal de televisión Ecuavisa, entre enero y el pasado viernes se registraron 1.543 casos de extorsiones y secuestros, con un notable incremento en la ciudad portuaria de Guayaquil, una de las más afectadas por esta violencia.
En el mismo período del año pasado, la ciudad reportó 120 casos de estos delitos, mientras que este año la cifra se disparó a 618. Las estadísticas oficiales muestran que la provincia de Guayas, donde se encuentra Guayaquil, lidera en número de casos con 650, seguida por Esmeraldas con 189 y Pichincha con 166.
Los delincuentes exigen sumas que oscilan entre 2.000 y 200.000 dólares por víctima, según las autoridades. El jefe policial de la Zona 8, Víctor Herrera, señaló que muchos de los detenidos son reincidentes y expresó preocupación por la rápida reincorporación de algunos a las bandas criminales tras su liberación.
El presidente Daniel Noboa declaró el estado de excepción por 60 días el 8 de enero, prorrogado por 30 días más el jueves pasado, con el fin de garantizar el orden público y la paz social. Estas medidas permiten que las Fuerzas Armadas apoyen a la Policía en el control de la seguridad interna, tanto en las cárceles como en las calles.
Los motines carcelarios y la violencia generada por bandas organizadas en prisión han provocado una serie de masacres desde 2020, con más de 450 presos asesinados. Esta violencia también se ha extendido a las calles, lo que ha llevado a Ecuador a ser uno de los países más violentos de América Latina en 2023, con 45 homicidios intencionales por cada 100.000 habitantes.