Villatoro señaló que el régimen de excepción que permite arrestos sin orden judicial debe continuar.
«Lo que conocíamos como ese Estado criminal paralelo que habían instaurado las pandillas terroristas en este país, básicamente ya está destruido», declaró en una entrevista con la AFP.
Bukele inició una «guerra» contra las pandillas el 27 de marzo de 2022, tras un aumento significativo de homicidios en un fin de semana, bajo un régimen de excepción que permite a militares y policías realizar arrestos sin orden judicial.
Según Villatoro, el desmantelamiento de este «Estado criminal» ha reducido drásticamente los ingresos de las pandillas, que solían obtener entre 1.500 y 2.000 millones de dólares al año a través de la extorsión.
Las pandillas, conocidas como maras, controlaban aproximadamente el 80% del territorio nacional y se financiaban mediante la extorsión a comerciantes y transportistas, con consecuencias fatales para aquellos que no pagaban.
Villatoro destacó que la cruzada contra las pandillas ha neutralizado su capacidad de reclutamiento masivo y ha llevado a la detención de 492 cabecillas, quienes enfrentarán cargos por los homicidios cometidos en las últimas tres décadas.
Aunque la medida ha devuelto la tranquilidad a las calles y ha aumentado la popularidad de Bukele, organizaciones de derechos humanos expresan preocupación por la continuidad del régimen de excepción y demandan el fin de los arrestos sin orden judicial.
El ministro sostiene que el régimen de excepción debe mantenerse hasta que no quede ningún pandillero en libertad en El Salvador, y rechaza las acusaciones de hacinamiento y maltrato en las cárceles, asegurando que el gobierno actúa dentro de la ley.
También resaltó la reducción significativa en el número de homicidios en el país, así como el aumento en la tasa de resolución de casos de homicidio, mostrando una mejora notable en la seguridad y el acceso a la justicia en El Salvador.