Para los aficionados a la tauromaquia, esta medida significa el fin de una tradición que data de la época colonial

El Congreso colombiano aprueba ley para prohibir las corridas de toros

"Luz verde" a la prohibición de las corridas de toros en todo el país, solo falta la firma del presidente Gustavo Petro

El Congreso colombiano aprueba ley para prohibir las corridas de toros

Colombia es uno de los cinco países de Latinoamérica que permite las corridas de toros, junto con Venezuela, Perú, México y Ecuador, donde estas prácticas están parcialmente prohibidas en algunas áreas.

La iniciativa enfrentó resistencia en el Congreso colombiano, donde al menos cuatro proyectos similares fracasaron en los últimos seis años. Sin embargo, el martes 93 representantes votaron a favor de prohibir la tauromaquia y solo dos votaron en contra, en el último de los cuatro debates necesarios para que un proyecto de ley sea aprobado.

El texto del proyecto ahora deberá ser conciliado entre el Senado y la Cámara, un proceso que generalmente avanza sin problemas para ajustar pequeños detalles antes de llegar a la firma presidencial.

El proyecto propone una prohibición progresiva de prácticas de «entretenimiento cruel con animales», que incluyen las corridas de toros, las corralejas y espectáculos con becerros y novillos.

«Lo que hay aquí es un país que dice que no hay ninguna forma de tortura que pueda considerarse cultura en este mundo. Colombia le da ejemplo al mundo entero», celebró emocionado el legislador Juan Carlos Losada, del partido Liberal y animalista, quien ha luchado por la prohibición de la tauromaquia durante una década.

El Congreso ha ordenado a los Ministerios de Cultura y Ambiente que, en los dos meses posteriores a la entrada en vigor de la ley, reglamenten las condiciones en las que se desarrollarán las prácticas taurinas durante los tres años de transición, asegurando «los más altos estándares de bienestar y protección animal». «Colombia, potencia mundial de la vida, no puede seguir permitiendo la diversión cruenta a costillas del sufrimiento de los animales y mucho menos escudarse en la tortura», declaró a The Associated Press Sergio Manzano, asesor jurídico de Colombia Sin Toreo, una coalición de defensores de los derechos de los animales, días antes de la aprobación del proyecto.

Para los aficionados a la tauromaquia, esta medida significa el fin de una tradición que data de la época colonial y que impactaría tanto la cultura como la economía del país.

«He llegado aquí con mi traje de luces exclusivo para las plazas, viendo la coyuntura y la persecución política que busca arrasar nuestros sueños y nuestros derechos», declaró el 7 de mayo Johan Paloma, novillero de Choachí, un pueblo a 56 kilómetros de Bogotá, quien pidió respeto para la fiesta brava.

Ana Rogelia Monsalve, del partido Demócrata Colombiano, lamentó la decisión de la mayoría, argumentando que la prohibición de la tauromaquia dejará a muchas familias sin empleo, familias que el gobierno no ha censado. «El gran ganador de este proyecto de ley no son los toros, ni los antitaurinos ni los animalistas, es el ministro del Interior», señaló Monsalve, sugiriendo que el funcionario se habría reunido con congresistas para convencerlos de votar por la prohibición.

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Autor

Paul Monzón

Redactor de viajes de Periodista Digital desde sus orígenes. Actual editor del suplemento Travellers.

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