«Sí, juro», respondió Bukele durante la juramentación realizada por el líder de la Asamblea Legislativa, Ernesto Castro, quien le colocó la banda presidencial en las instalaciones del histórico Palacio Nacional.
La ceremonia fue privada, sin acceso al público, y transmitida en cadena nacional. Solo asistieron el rey de España, Felipe VI; el presidente de Argentina, Javier Milei; otros mandatarios, así como la familia y allegados de Bukele.
En la Plaza Capitán General Gerardo Barrios, cientos de personas, incluyendo invitados especiales de diversos sectores nacionales e internacionales, simpatizantes de Bukele y del partido oficialista Nuevas Ideas (NI), esperaban su discurso.
Bukele se convierte así en el primer presidente de la etapa democrática de El Salvador en asumir un segundo período consecutivo, después de décadas de dictadura militar y una guerra civil de 12 años (1980-1992).
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— Casa Presidencial 🇸🇻 (@PresidenciaSV) June 1, 2024
También asistieron a la investidura la presidenta de Honduras, Xiomara Castro; los presidentes de Costa Rica, Rodrigo Chaves; de Paraguay, Santiago Peña; de Ecuador, Daniel Noboa, y el primer ministro de Belice, John Briceño.
Además, una comitiva del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, encabezada por Alejandro Mayorkas, representó al Gobierno de Joe Biden.
Momentos antes de la investidura, el Congreso, de amplia mayoría oficialista, inició una sesión plenaria extraordinaria en las instalaciones del Teatro Nacional, trasladándose luego al Palacio Nacional.
Bukele, próximo a cumplir 43 años y empresario del sector publicitario, ganó las elecciones del 4 de febrero pasado con más del 85 % de los votos válidos.
Encuentro con Milei
Tras la Ceremonia de investidura presidencial, el Presidente de Argentin, Javier Milei, fue recibido por el Presidente Bukele. Durante la reunión, conversaron sobre temas clave para fortalecer la cooperación bilateral y buscar nuevas oportunidades de desarrollo conjunto.
CINCO FRASES PARA LA HISTORIA
Bukele también hizo referencia a una oposición “insignificante pero rabiosa”, dio gracias al pueblo salvadoreño por su apoyo, y a Dios, a su esposa Gabriel Rodríguez y a sus hermanos por su ayuda, y dijo que “todos los ojos están hoy puestos en El Salvador”
1. “Sin el éxito de la guerra contra las pandillas, muchos de los que nos ven hoy estarían muertos”
Como era de esperar, Bukele hizo hincapié en los resultados de su política de seguridad, que fue el centro de su primer mandato como presidente y lo que llevó, en gran medida, a alzarse con el segundo arrasando en las urnas el pasado 4 de febrero.
Así, insistió en que se logró reducir los homicidios en un 97%, volviendo a El Salvador “el país más seguro del hemisferio”.
“En cinco años le dimos vuelta a una situación que llevaba más de medio siglo sin resolverse, con más de 70.000 terroristas que controlaban el país y que dejaron más muertos que el conflicto armado”, prosiguió.
Los resultados, sin embargo, no le libraron de las críticas. Su política de seguridad acumula cientos de denuncias de violaciones de derechos humanos, desde detenciones arbitrarias a abusos y torturas en las cárceles.
“Sin el éxito de esta guerra contra las pandillas, muchos de los que nos ven por televisión y por redes sociales ya estarían muertos”, mantuvo entretanto Bukele.
2. “La oposición sigue defendiendo una democracia que solo nos dejó asesinados”
“La oposición, que es numéricamente insignificante pero rabiosa, sigue defendiendo una institucionalidad, una democracia, como dicen ellos, que solo nos dejó madres, abuelos, amigos y hermanos asesinados impunemente”, siguió Bukele, insistiendo en el tema de la seguridad.
Con ello, también subrayó la legitimidad de su segundo gobierno, puesta en duda por muchos críticos que argumentan que forzó las costuras de la Constitución para poder volver a ser presidente y aseguran que este segundo mandato es la consolidación de la deriva autoritaria del país.
Además de insistir en su apoyo en las urnas, en su discurso Bukele aseguró que ha sido reconocido por “el 100% de los países del mundo”. Y como prueba de ello, se refirió a la presencia en la plaza Gerardo Barrios de más representantes internacionales «que nunca”.
“Nosotros decidimos hacer nuestra propia receta. Se necesita coraje, se necesita arriesgarse, en todos los niveles”.
Para aplicar esa receta propia, en este nuevo quinquenio Bukele tendrá además el apoyo de una Asamblea Legislativa de 60 diputados y sobre la que tiene un control del 95%.
En la última sesión plenaria de la Asamblea saliente, el 29 de abril, esta dejó servida a la legislatura entrante el poder de cambiar la Constitución de manera expedita.
Así que la nueva Asamblea, que inició sesiones el 1 de mayo pasado, podría en cualquier momento abrirle la puerta a la reelección presidencial indefinida o alargar la duración de los períodos de cualquier funcionario en el poder, entre otras cuestiones.
3. “En este nuevo tratamiento para sanar la economía quizá también haya que tomar medicina amarga”
“Ahora que arreglamos lo más urgente, que era la seguridad, vamos a enfocarnos de lleno en los problemas importantes, empezando por la economía”, dijo Bukele, adelantando la que será la prioridad de su gobierno en los siguientes cinco años.
“La sociedad salvadoreña sigue enferma, pero ya no tiene cáncer”, continuó, refiriéndose a las llamadas maras que durante décadas aterrorizaron y desangraron el país. “Ya se curó de las pandillas, y ahora tiene que curarse de la mala economía”.
Pero ese no será un camino fácil, advirtió. “En este nuevo tratamiento para sanar la economía, quizá también haya que tomar medicina amarga”.
Y es que no es un reto menor. A pesar del aumento del turismo en respuesta a las mejoras en seguridad, la economía general sigue estancada, sin reformas estructurales, altamente endeudada y con una gran dependencia de las remesas.
Por una parte, la de El Salvador ha sido por quinto año consecutivo la economía que menos ha crecido de la región. Mientras la de Costa Rica crece entre 4,5 y 5%, según datos del Banco Central de Reserva, la de El Salvador creció en 2023 un 2,2%.
Asimismo, se importa más que se exporta —lo que se vende al exterior, sobre todo a EE.UU., son artículos textiles producidos en empresas maquiladoras— , lo que le llevó al país el año pasado a tener un déficit de la balanza comercial de más de US$8.000 millones.
Y según datos hasta septiembre de 2023 del Banco Central de Reserva y el Ministerio de Hacienda, la deuda pública asciende a US$19.612,42 millones, a lo que hay que sumar un saldo de la deuda de pensiones de US$9.010 millones.
A ello hay que sumar una brecha social cada vez más amplia, que para la mayoría de los salvadoreños se hace sostenible por el autoempleo informal.
4. “El pueblo debe defender las decisiones que se tomen a capa y espada, sin titubeos”
De acuerdo con Bukele, para hacer frente a tamaño desafío y que la economía mejore, harán falta tres elementos: “La guía de Dios, el trabajo incansable del gobierno y que el pueblo vuelva a defender a capa y espada cada una de las decisiones que se tomen (…), sin titubeos”.
Asimismo, les pidió a los salvadoreños abandonar lo que llamó “la mentalidad del fracaso”.
“También es urgente que cambiemos algo más: la idea de que nos merecemos solo lo malo y lo feo. De quejarnos cuando las cosas cambian para bien. A eso le llamo yo mentalidad del fracaso y debemos combatirla nosotros mismos”.
Y para ello, aconsejó: “No hagan caso de las voces que los quieren envenenar”.
5. “No estamos solamente cambiando un país, estamos cambiando un paradigma”
Bukele le pidió a los presentes no “perder la perspectiva”.
“No estamos solamente cambiando un país, estamos cambiando un paradigma”, explicó.
“Poco a poco, empezamos a crear algo mucho más significativo: un espejo donde toda Latinoamérica se ve ahora”.